Las personas tóxicas acostumbran a ser personas muy negativas, que se quejan con frecuencia. Este hecho provoca emociones desagradables en las personas que están a su alrededor y en contacto con ellas. En este artículo identificamos los errores más frecuentes que se suelen tener cuando nos relacionamos con ellas y las consecuencias que nos pueden provocar a nivel de salud mental.
Intentar cambiarlas
Una reacción muy usual, cuando tienes contacto estrecho con una persona tóxica, es pensar que con paciencia y con tu ayuda, pueden cambiar. Partiendo de este pensamiento, intentas ayudarles a cambiar su forma de relacionarse y de percibir el mundo desde el cariño. Este esfuerzo te puede traer graves consecuencias emocionales y provocar que llegues a frustrarte, al darte cuenta de que, aunque pase el tiempo, no cambia nada. Es importante aceptar que el cambio real tiene que venir y afrontarse por su parte, es decir, solo depende de ellas mismas. Estas personas, en muchas ocasiones, necesitarán ayuda psicológica, para realmente poder cambiar su patrón de pensamiento y comportamiento.
Buscar justificaciones y excusas constantemente
Un comportamiento, que puede ser muy dañino y angustiante, es buscar explicaciones y minimizar o defender los comentarios de este tipo de personas. Además de buscar explicaciones y engañarse a uno mismo, provoca que justifiques y defiendas sus comentarios y acciones ante otras personas. En la mayoría de ocasiones, las acciones y pensamientos de estas personas, son visiblemente dañinas. Aun así, quien los justifica, acepta y defiende que la persona es así o que está pasando por un mal momento en su vida.
Excusar el comportamiento de la otra persona, lleva a alargar el daño y el malestar emocional de los que se relacionan con ella. De hecho, puede producir que la persona te identifique como un entorno cercano y cómplice, y así se sienta con el derecho de expresar todos sus sentimientos negativos hacia ti.
Tomarse las cosas de forma personal
Un error muy común e importante a trabajar a nivel personal, es sentir que las críticas, manipulaciones y comportamientos dañinos que realizan, son culpa tuya. La mayoría de personas tóxicas actúan desde sus propias inseguridades, frustraciones o heridas emocionales no resueltas. Es significativo tenerlo en cuenta y poderlo identificar, ya que sino las consecuencias pueden ser muy perjudiciales para la propia autoestima. Además, pueden crear dudas sobre uno mismo y posicionarte en situación de alerta, reaccionando constantemente de manera defensiva. Es decir, pueden provocar la pérdida de control emocional de la situación y que tus respuestas surjan desde la herida.
No poner límites claros
Otra manera de enfrentarse a las personas tóxicas, es ceder constantemente a sus peticiones y evitar confrontaciones que serían necesarias, por miedo y para evitar conflictos. El mayor error es aguantar esta situación demasiado tiempo. La falta de límites provoca, en muchas ocasiones, que el grado de toxicidad aumente y se siga manteniendo el mismo patrón de comportamiento tóxico. El mantenimiento de esta situación provoca el desgaste y la pérdida de control de la situación.
Entrar en el patrón de pensamiento y comportamiento
Las personas tóxicas suelen tergiversar las situaciones y hechos. Además de tener comportamientos de manipulación constantes. Un error muy común, el cual produce mucho desgaste emocional, es discutir para demostrar que tienes la razón. Es decir, caer en sus provocaciones, entrar en discusiones sin sentido y ser cómplice de sus pensamientos negativos. Hay que tener claro, que las personas tóxicas no suelen ceder, ni reconocer que la otra persona tiene razón. Entrar en discusión con ellas no provoca que cambien de opinión o de patrón de comportamiento, al contrario, refuerza la toxicidad y aumentan más el control sobre la relación, desestabilizando a la otra persona a través del conflicto.
Dejar de lado el autocuidado
Priorizar la relación con la otra persona, aunque esta sea conflictiva, dejando de lado tu bienestar emocional y tus relaciones sociales saludables. El contacto prolongado con personas con un alto grado de toxicidad puede afectar gravemente a tu autoestima, así como también a tu salud mental y física.
No cortar el contacto
En muchas ocasiones se siguen manteniendo relaciones y encuentros con personas con altos niveles de toxicidad por mantener el vínculo por compromiso social. Por ejemplo, la persona se encuentra dentro del grupo de amigos, de trabajo o familiar. Es importante destacar, que la mayoría de relaciones de toxicidad no terminan hasta que se limitan los encuentros a lo mínimo indispensable o cuando se corta por completo la relación.

