El Ayuntamiento de Alhaurín el Grande (Málaga) ha aprobado el cambio de nombre de la pedanía Villafranco del Guadalhorce, que a partir de ahora se llamará oficialmente Villa del Guadalhorce. La decisión, impulsada por el equipo de gobierno —apoyado en un pacto entre 100% Alhaurín, PSOE e Izquierda Unida—, pretende saldar la deuda legal y simbólica con la memoria democrática, eliminando la última denominación relacionada con el régimen franquista en Andalucía. La nueva denominación avanzará para su incorporación definitiva tras la finalización de los trámites administrativos y la actualización de señalética, documentación y registros oficiales.
Cumpliendo la Ley de Memoria Democrática
La medida responde a la obligación legal —recogida en la Ley 20/2022— que insta a las administraciones públicas a retirar cualquier elemento o nombre que suponga exaltación de la dictadura. "La medida se alinea con lo establecido por la normativa estatal en materia de memoria, que obliga a eliminar referencias vinculadas al régimen franquista en la toponimia del municipio", declaró el consistorio tras la aprobación plenaria.
Un debate local con visiones encontradas
El cambio de nombre ha contado con la oposición de PP y Vox, que votaron en contra durante el pleno municipal y argumentan que la decisión supone "un tremendo trastorno en cuestiones administrativas y una pérdida de identidad". Además considera que la voz de los vecinos, sus preocupaciones y su identidad han sido en favor de una decisión que pasará a la historia "por todo lo que no representa", señalaron desde el grupo popular en tono irónico.
Por su parte, la ultraderecha calificó la medida de "un intento de reescribir nombres en lugar de resolver los "verdaderos problemas del municipio".
El fin de una era en los nombres andaluces
Villafranco del Guadalhorce fue fundada a finales de los años 60 como iniciativa de repoblación agrícola. El debate sobre la retirada del apellido "Franco" llevaba años presente, intensificándose tras la aprobación de la Ley de Memoria Democrática. Esta pedanía era el último núcleo de Andalucía que mantenía el nombre del dictador en su topónimo —un símbolo que, tras décadas de controversia, desaparece definitivamente de la geografía andaluza.

