La mitad de las muertes, el 49,9%, se debieron al cáncer, sobre todo de pulmón, responsable de cuatro de cada cinco fallecimientos por tumores atribuibles al tabaco. Algo más de la cuarta parte de fallecimientos, el 27%, fueron debidas a enfermedades cardiovasculares y el 23,1% a enfermedades respiratorias, fundamentalmente enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Aunque el informe sólo cuantifica la mortalidad, los expertos insisten en que el consumo de esta sustancia lleva aparejados otros riesgos, como enfermedades crónicas y discapacitantes. El tabaco, asegura Francisco Camarelles, médico de familia, portavoz de la Sociedad española de medicina de familia y comunitaria y vicepresidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, “condena a quienes lo consumen a vivir menos años y vivirlos además con menos calidad de vida. El tabaco te quita diez años de vida. Uno de cada dos fumadores muere con una enfermedad derivada del consumo de tabaco. Es como lanzar una moneda al aire. Si sale cara te mueres con una enfermedad derivada de su consumo. Si sale cruz no”.
Mueren más hombres, pero la mortalidad en mujeres sigue creciendo
Las muertes por tabaco también entienden de género y los datos reflejan que el 87% de los fallecidos fueron hombres, aunque la mortalidad en mujeres no deja de aumentar debido a la incorporación tardía de la mujer al consumo de tabaco. Sólo en los más jóvenes parece calar el mensaje y están comenzando a disminuir las tasas de fumadores. Un 9% entre 2001 y 2014. Pese a ello, sigue fumando una de cada cuatro personas. Existe, dice el doctor Camarelles, “una bajísima percepción de riesgo, derivada de que el efecto perjudicial del tabaco en la salud tarda 20, 30 años en hacerse patente o en provocar la muerte”. Pero las cifras que ofrece el informe, asegura, “no son sólo cifras, son realidades que vemos diariamente en la consulta. La principal causa de muerte en hombres entre 50, 60 años es el cáncer de pulmón. Lo que más mata. Cuando tienes un cáncer de pulmón el tabaco está presente en el 81% de los casos”. De hecho, las muertes relacionadas con el consumo del tabaco suponen el 13% del total de defunciones en los mayores de 35 años.
La parte positiva es que nunca es tarde para abandonar el hábito. Los riesgos cardiovasculares de un ex fumador se igualan con los de un no fumador en un año. El riesgo de cáncer de pulmón o de enfermedad respiratoria dura algo más, entorno a los 15 años, el tiempo que tardan los pulmones en eliminar todo el alquitrán. “Los beneficios de dejarlo -insiste el doctor Camarelles- son inmediatos. No tengo ningún paciente que se haya arrepentido de haber dejado de fumar y sí muchos que se han arrepentido de haberlo dejado muy tarde. Nunca es tarde para dejar de fumar pero cuanto más pronto se deje, mejor”.