Las terapias serían demasiado caras porque se trataría de una especie de vacuna individualizada para cada paciente. Las células cancerígenas son todas distintas, mutan contínuamente y pueden tener una apariencia y comportamiento muy diferente entre sí.
Lo que los científicos han descubierto es que los tumores, además de crecer de un mismo tronco, tienen marcadores comunes y eso los convierte en dianas perfectas para las nuevas terapias que apuestan por reforzar el sistema inmunológico del propio paciente para que luche contra el cáncer. Según los autores del estudio, se trata de una revolución.
"Esperamos tener respuestas más potentes, con una toxicidad mucho más baja. Es lo que estamos esperando, la lógica del tratamiento y lo que hemos aprendido de esta investigación nos hace pensar que la respuesta será mucho más específica que todo lo que hemos probado hasta ahora", ha afirmado uno de los investigadores.
La técnica lleva la medicina personalizada hasta el límite y cada paciente tendría un tratamiento único y a la medida. Aunque aún no ha sido probado en enfermos, los investigadores esperan que pueda aplicarse en un plazo máximo de dos años.