Un hombre que sufría coronavirus por fin vio como una prueba arrojaba negativo. Hasta aquí, puede ser una historia de las miles que hay diariamente. Pero tiene algo en particular. Ese negativo ha llegado tras 411 días infectado. Es una infección persistente que se produce en algunos pacientes que tienen el sistema inmunitario ya debilitado.
La clave para encontrar la cura ha estado en analizar el código genético de su virus para buscar el mejor tratamiento posible contra él, explica el estudio de Fundación Guy's and St Thomas' NHS Trust. Este tipo de pacientes pueden dar positivo durante meses e incluso durante años.
En este caso se trata de un paciente británico de 59 años al que en 2020 operaron de un trasplante de riñón lo que hacía que tuviera el sistema inmunitario debilitado. Se contagió del virus en diciembre de 2020 y le ha perdurado hasta enero de 2022. A través de un análisis genético comprobaron que no eran infecciones repetidas sino que era la misma durante todo el tiempo. Se contagió con la variante B1 y posteriormente ha sido renovada por cepas más recientes.
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Tras probar multitud de tratamientos, el que dio en la clave fue el de usar dos antivirales (Paxlovid y Remdesivir) que le fueron administrados por vía nasal mientras permanecía inconsciente. El tratamiento funcionó y este hombre puede decir de su viva voz que es una de las personas con infección de coronavirus más prolongada en el mundo.