AGRESIONES SEXUALES

El cura que grababa y agredía sexualmente a sus víctimas condenó la pederastia en 2014

El cura Francisco J.C, hijo de una monja y con pareja sentimental, sedaba a sus víctimas para grabarlas y agredirlas sexualmente, motivo por el que la Iglesia lo trasladó de destino.

Julián Merino Movilla

Madrid | 26.09.2023 19:47

El cura malagueño que grababa como violaba a sus víctimas por sumisión química
El cura malagueño que grababa como violaba a sus víctimas por sumisión química | Daniel Pérez / EFE

El "Padre Paco", que responde al nombre de Francisco J.C, es el cura malagueño de 34 años que ha sido acusado de haber agredido sexualmente a varias mujeres aprovechando su posición dentro de la Iglesia. Hijo además de la monja clarisa "Paqui", se introdujo en la religión como fraile a los 18 años y fue ordenado sacerdote en 2017 pasando por las parroquias de Yunquera , El Burgo, Vélez y Melilla.

En 2014, el sacerdote con 24 años salió a la luz como ejemplo de la Iglesia en la renovación de sus filas, que compartía que su madre le había enseñado la fe "desde que era chiquitillo". Además, condenaba paradójicamente los abusos de la Iglesia, como los de pederastia sobre los que así se pronunciaba: "Estos escándalos de pederastia son una vergüenza. Es importante que la Iglesia haya tomado la decisión de ponerlos en manos de la Justicia... No puedes revindicar hacia fuera lo que no haces de puertas adentro. Atajar los problemas es algo muy importante para la Iglesia de hoy."

La Policía Nacional detuvo el pasado 11 de septiembre en Vélez (Málaga) al cura de la Diócesis de Málaga por agredir sexualmente, al menos, a cinco mujeres adultas a las que sedaba previamente. Todas pertenecían a su círculo cercano de amistades y no sabían que habían sufrido un delito sexual debido a las sustancias que el agresor les suministraba para dejarlas inconscientes.

Francisco J.C aprovechaba entonces del estado de las víctimas para agredirlas sexualmente, grabar los hechos y guardarlos en un disco duro, que su propia pareja con la que convivía en un piso de Melilla encontraría. La joven, al consultar el contenido, encontró fotografías y vídeos en las que aparecía un hombre, su pareja, quien realizaba “todo tipo de prácticas sexuales” a una serie de mujeres semidesnudas que parecían estar dormidas o bajo los efectos de algún sedante, según fuentes policiales.

La mujer finalmente realizó una copia del disco e interpuso la denuncia el pasado mes de julio ante la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de Melilla, donde el detenido se encontraba destinado. Entonces facilitó a los policías todo el material del que disponía que sería analizado y descubierta la repetida presencia de un hombre.

En las fotografías y vídeos se veía al cura agredir sexualmente a mujeres que se encontraban inconscientes y que, además, mientras tanto él hacía fotografías y vídeos de esos hechos. Los agentes consiguieron identificar a cinco de las víctimas que cuando les preguntaron sobre lo ocurrido, todas manifestaron desconocer la existencia de los hechos debido al estado de inconsciencia bajo el que se encontraban.

El modus operandi del cura abusador

La situación se repitió a lo largo de los años 2017, 2018 y 2019 en diferentes lugares y durante viajes del grupo de amigos del detenido. Lugares, donde según fuentes policiales, "tenía una pareja en cada destino", y además "le gustaba hacer todo lo que un cura no podía", por lo que no se descarta tampoco la existencia de más víctimas.

Todo apunta a que los hechos ocurrieron en Málaga, Madrid y Córdoba, de donde proceden sus grupos de amigos a los que había conocido en campamentos religiosos. Para conseguir llevar a cabo su práctica, el hombre aprovechaba su cercanía con las víctimas a las que suministraba algún tipo de sustancia que anulaba su estado de consciencia con la que poder agredirlas sexualmente.

Según ha informado la Policía Nacional en un comunicado. “Solo sabemos que el estado de inconsciencia en el que quedaban era bestial porque ninguna de las víctimas tenía el más mínimo recuerdo de lo ocurrido”, señalan. Las mujeres sí ubicaban la fecha o el lugar, pero no el momento en el que podría haber ocurrido. Tampoco lo sabía el resto del grupo que viajaba con ellas. “Solo él tenía conocimiento de lo que hacía”, apuntan desde la investigación.

La respuesta de la Iglesia frente a los hechos

La pareja del acusado, primero compartió el contenido y la información con los responsables de la Diócesis de Málaga en Melilla el pasado mes de enero, que tomaron la decisión de trasladar al sacerdote de Melilla hasta Málaga, donde le fueron asignadas las parroquias de los municipios de Yunquera y El Burgo, en la comarca de la Sierra de las Nieves. La Diócesis alegó “motivos de salud” para el cambio de destino del sacerdote.

Finalmente, se puso en marcha un dispositivo en las cercanías del domicilio del agresor, que residía en Vélez (Málaga) donde realizaron su detención en la madrugada del pasado 11 de septiembre,horas después de celebrar una misa en uno de los municipios que tenía asignados. Tras ser puesto a disposición judicial, el juzgado decretó su ingreso en prisión preventiva acusado de cuatro agresiones sexuales bajo sumisión química y cinco delitos contra la intimidad.

El cura Francisco, acusado de cuatro agresiones sexuales bajo sumisión química y cinco delitos contra la intimidad ya ha ingresado en prisión y La Diócesis de Málaga ha emitido un comunicado en el que subraya sentir “profundamente el daño que esta situación implica” y ha retirado las licencias ministeriales.