PAPA FRANCISCO

¿Cuánto dura el velatorio del papa? Así se despide el Vaticano de su líder

La Basílica de San Pedro se convertirá en el epicentro del último adiós al papa Francisco, en un velatorio abierto al pueblo y marcado por la sencillez. Sin pompa ni exclusividad, el Vaticano despedirá a su líder con un homenaje austero que rompe con siglos de tradición.

[[LINK:EXTERNO|||https://www.ondacero.es/noticias/sociedad/que-papa-francisco-tiene-solo-pulmon_2025021967b5db60500f960001121a40.html|||👉 Por qué el papa Francisco tiene solo un pulmón]]

📌 Qué es la neumonía bilateral, la enfermedad que mantiene al Papa ingresado en el hospital

👉 Qué pasa si muere el Papa: este es el protocolo oficial del Vaticano, paso a paso

Miriam Méndez

Madrid |

¿Cuánto dura el velatorio del papa? Así se despide el Vaticano de su líder
¿Cuánto dura el velatorio del papa? Así se despide el Vaticano de su líder | Pixabay

El Vaticano, la institución que ha estado bajo la mirada del mundo durante más de mil años, tiene rituales que trascienden el ámbito religioso y se convierten en una muestra de poder, tradición y solemnidad. Entre estos rituales, el velatorio de un papa es uno de los momentos más emotivos y trascendentales, no solo para la Iglesia católica, sino también para los fieles y los observadores internacionales.

Pero, ¿cuánto tiempo dura realmente este proceso? En el corazón de Roma, tras la muerte de un pontífice, las campanas repican y los muros del Vaticano se convierten en el escenario de una despedida histórica. A lo largo de los días que siguen al fallecimiento, las tradiciones más antiguas de la Iglesia cobran vida para rendir homenaje a quien, durante su papado, fue el líder espiritual de más de mil millones de personas.

Desvelamos los secretos detrás de los rituales y tiempos que marcan la despedida del papa Francisco, un adiós cargado de simbolismo y solemnidad, en el que cada detalle está cuidadosamente orquestado para rendir homenaje a una figura que ha dejado una huella indeleble en la historia de la cristiandad.

Despedida del papa Francisco: un adiós marcado por la sencillez y la humildad

La muerte de un papa es un evento que desencadena una serie de rituales profundamente enraizados en la tradición de la Iglesia Católica. Sin embargo, el funeral del papa Francisco, al igual que su papado, estará marcado por la sencillez y la humildad, valores que han guiado su vida y ministerio. Desde su elección en 2013, el papa argentino ha procurado distanciarse de las prácticas de lujo y ostentación que durante siglos han rodeado la figura del pontífice. En su caso, el adiós no será un espectáculo de poder, sino un testimonio claro de su papel como pastor, al servicio de la comunidad cristiana.

Este enfoque hacia la austeridad no es un capricho, sino una elección consciente que se refleja incluso en la reforma de las normas funerarias contenidas en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que regula las exequias papales. En varias ocasiones, el papa Francisco ha expresado su deseo de que su funeral no estuviera marcado por la pompa, sino que fuera un evento sobrio, centrado en la fe y en el servicio a Dios. "Quiero que sea el funeral de un pastor, no de un hombre poderoso", afirmaba, y esta convicción se plasma ahora en las modificaciones que él mismo ha impulsado para su propio adiós.

Las reformas son notables y en su mayoría buscan simplificar los rituales establecidos por sus predecesores. Se eliminan elementos de lujo y ceremonias complejas, como la tradicional exhibición del cuerpo en un catafalco, el uso de tres ataúdes sucesivos, o el velatorio restringido a un círculo cerrado de cardenales y altos cargos. En lugar de ello, el cuerpo del Papa será colocado directamente en un ataúd sencillo de madera, con un interior de zinc para la conservación, y será llevado sin ceremonias privadas a la Basílica de San Pedro para su exposición pública. El féretro permanecerá abierto durante los días previos al funeral, permitiendo que todos los fieles puedan rendir su último tributo.

El deseo del Papa Francisco por un funeral que no refleje el poder mundano, sino la humildad de su misión, también se hace presente en la eliminación de títulos pomposos durante las ceremonias. Los fieles no escucharán referirse al Papa como "Summi Pontifici" o "Pontífice Máximo", sino simplemente como "Papa", "Obispo de Roma" o "Pastor". Esta decisión subraya una vez más la concepción del papado de Francisco: una vida de servicio y humildad, alejada de las formalidades de un líder terrenal.

Quizás la novedad más impactante de este ritual simplificado sea la posibilidad de que Francisco sea enterrado en un lugar distinto a las grutas vaticanas, como tradicionalmente ocurre con los papas. De hecho, ya ha expresado en diversas ocasiones su deseo de ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, cerca de la Virgen Salus Populi Romani, a quien profesa una profunda devoción.

Un protocolo simplificado: la transición tras la muerte del papa Francisco

De acuerdo con el protocolo vaticano, el cardenal camarlengo es el encargado de confirmar el fallecimiento del papa argentino y, a partir de ese momento, se activa lo que se conoce como sede vacante, es decir, la vacancia del puesto de Pontífice. Durante este periodo, el gobierno de la Iglesia Católica pasa a manos del Colegio de Cardenales, que asume la dirección hasta la elección de un nuevo papa.

En esta ocasión, el cardenal irlandés Kevin Farrell es quien ocupa el cargo de camarlengo, sucediendo en este papel a una figura de gran relevancia. A diferencia de los rituales del pasado, donde la confirmación de la muerte se realizaba en la habitación privada del Papa, esta vez la constatación se llevará a cabo en la capilla del Palacio Apostólico, un gesto que otorga al momento un carácter más solemne y sagrado, en línea con la imagen de austeridad que ha caracterizado al papa Francisco.

Una vez confirmado el fallecimiento, el protocolo avanza hacia el tratamiento del cuerpo. En esta etapa, se marca una ruptura con la tradición. En lugar de seguir el antiguo ritual de tres ataúdes –el primero de ciprés, posteriormente uno de plomo y finalmente uno de roble–, el cuerpo del Papa será depositado directamente en un ataúd de madera con interior de zinc. A continuación, el féretro será trasladado de inmediato a la Basílica de San Pedro, donde se llevará a cabo la exposición pública del cuerpo.

El velatorio y la exposición del cuerpo: una despedida cercana y accesible

El velatorio del papa Francisco marcará un cambio significativo con respecto a los funerales papales previos. En lugar de seguir la tradición de celebrar un velatorio "privado", al que solo asistían altos cargos de la Curia, Francisco ha optado por abrir su despedida a todo el pueblo de Dios. Esta decisión refleja su deseo de compartir su tránsito con los fieles, asegurando que su funeral no sea un evento exclusivo para la élite de la Iglesia, sino un acto inclusivo para todos.

El cuerpo del papa será expuesto a la veneración pública en la Basílica de San Pedro, donde permanecerá durante tres días para que los fieles puedan rendir homenaje. Durante este tiempo, el féretro no estará colocado sobre un catafalco elevado, como era tradición en los funerales papales anteriores, sino directamente en el ataúd abierto, a ras del suelo.

La misa exequial y el cierre del féretro

En la víspera de la misa exequial, el féretro será cerrado en un acto que marca el paso de la despedida pública hacia la solemnidad del rito final. A lo largo de toda la ceremonia, se emplearán títulos sencillos y cercanos, como "Papa", "Obispo de Roma" o "Pastor", dejando atrás las referencias pomposas que, en tiempos pasados, subrayaban su papel como "Sumo Pontífice".

La misa exequial será acompañada por oraciones litúrgicas que enfatizan la fe cristiana en la resurrección, una creencia fundamental para el papa a lo largo de toda su vida. La liturgia se centrará en su misión como discípulo de Cristo y como pastor del pueblo de Dios, dejando en segundo plano cualquier símbolo de poder o dominio sobre el mundo.