Hay quienes creen que el sueldo de un sacerdote es elevado; otros piensan que se ajusta al salario mínimo interprofesional (SMI). Sin embargo, lo cierto es que no hay un sueldo fijo estipulado. Normalmente suele moverse en una cuantía entre los 900 euros y los 1.300 mensuales, repartidos en 14 pagas. Es decir, el salario ronda entre unos 12.600 y 18.200 euros brutos anuales.
Ahora bien, ¿qué factores influyen y cómo se financia? Generalmente, los factores son diversos y dependen de varios aspectos tanto internos como externos al funcionamiento de la Iglesia católica. Los principales son:
- Antigüedad y experiencia. Como en cualquier carrera laboral, los años de servicio y la experiencia cuentan activamente. En el caso de los sacerdotes, estos pueden suponer incentivos adicionales o complementos salariales.
- Responsabilidades extra. Los sacerdotes que asumen las tareas de otros cargos, como funciones administrativas, educativas o tareas pastorales especiales, pueden recibir una cuantía complementaria junto con su salario mensual.
- Tamaño de la parroquia. Aunque a priori parece no ser un factor imprescindible, lo cierto es que las parroquias más grandes cuentan con más recursos económicos. Esto hace que puedan ofrecer salarios más altos a los sacerdotes.
- Diócesis. Según la diócesis en la que el sacerdote trabaje, recibirá un sueldo u otro. En el caso de las más grandes, como Madrid o Sevilla, cuentan con más capacidad económica, por lo que ofrecen salarios más altos. En cambio, si la diócesis es más pequeña, los salarios suelen ser más ajustados.
Financiación
Aunque uno de los factores más decisivos a la hora de la cantidad salarial es la diócesis, es cierto que hay un esquema común que se sigue en todos los casos. Las principales fuentes de financiación se engloban en: aportaciones de los fieles; ingresos patrimoniales; subvenciones y ayudas públicas; y asignación tributaria.
Aportaciones de los fieles
En este apartado se incluyen gestos como donativos, colectas, legados, herencias... Aun así, no suponen más de un tercio de los recursos de la diócesis.
Ingresos patrimoniales y actividades
En ocasiones, las diócesis también desempeñan actividades económicas propias, además de obtener ingresos por parte de alquileres o bienes eclesiásticos. Eso sí, este tipo de ingresos suele ser más común en las grandes diócesis.
Asignación tributaria
Los contribuyentes pueden marcar la casilla 105 en la declaración de la renta. Al hacerlo, destinan el 0,7% de su cuota íntegra a sostener económicamente la Iglesia católica. Así, el dinero recaudado se distribuye a través del Fondo Común Interdiocesano. Por tanto, esa asignación supone hasta un 25% de la financiación de las diócesis.
