Hasta el momento los incendios han quemado casi 350.000 hectáreas en toda España. Entre las denuncias sobre las causas de esta catástrofe se encuentra el estado de abandono del territorio, el calor extremo debido a la crisis climática, a falta de recursos o la escasez de personal. Respecto a estos dos últimos factores, destaca la precaria situación laboral de los trabajadores encargados de enfrentar y prevenir los incendios.
Un bombero forestal cobra un salario medio inferior a los 1.300 euros mensuales, según se mostró en una nómina de uno de los trabajadores de la empresa pública Tragsa, que ocupa a gran parte de estos profesionales. Según denuncian los propios bomberos forestales de la Comunidad de Madrid, el convenio que marca ese salario se firmó en el 2008 y caducó en el 2012. Además, los trabajadores también denuncian que los extra por peligrosidad (1,65 euros la hora) o nocturnidad (2,64 euros la hora) son muy bajos.
En el convenio colectivo sectorial forestal de Castilla y León, por su parte, establece un salario aún menor. En 2024, el rango de trabajador que más dinero percibe es el 'titulado superior', con un sueldo base anual de 21.462,49 euros. Y el que menos dinero percibe en su nómina es el 'peón', 16.399 euros al año. En regiones como Castilla y León, el operativo anti-incendios está fragmentado entre más de 35 empresas privadas, lo que genera falta de coordinación, recorte en salarios y materiales, y condiciones degradadas
Contratación temporal, falta de protección, dormir en el suelo...
Pero las malas condiciones de los bomberos forestales no se reducen a sus sueldos bajos. Muchos de los profesionales solo son contratados en la temporada alta de cuatro meses, el resto del año tienen que buscarse la vida, solo un 40% de la plantilla de los bomberos forestales de la Comunidad de Madrid tiene un contrato para todo el año. Los profesionales también denuncian la ausencia de una categoría profesional que los reconozca, así como materiales de protección más adecuados contra sustancias cancerígenas y mejores medios.
Durante estos días también se han hecho evidentes las situaciones más que precarias; material defectuoso o antiguo, insuficiente formación, falta de prevención por parte de administraciones, alimentación (en algunos casos ofrecida por los vecinos) o descanso inadecuado con turnos de más de 12 horas y durmiendo en el suelo.

