INCENDIOS FORESTALES

Cronología de los incendios forestales que han calcinado España en un verano histórico

Más de 400.000 hectáreas arrasadas por los incendios, decenas de miles de evacuados y un reguero de víctimas en uno de los desastres más devastadores de la historia reciente.

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Tomás Sanjuán | Beatriz Ramos Puente

Madrid |

Audio: Beatriz Ramos Puente en Por fin, con Jaime Cantizano - Imagen: GettyImages

España ha vivido este verano de 2025 uno de los episodios más devastadores de su historia reciente en materia de incendios forestales. En apenas dos semanas, entre el 10 y el 22 de agosto, ardieron más de 358.000 hectáreas, lo que elevó el balance anual por encima de las 400.000. Una cifra inédita en este siglo y que, según los registros europeos y nacionales, coloca este año como el peor en cuanto a superficie arrasada por el fuego. El desastre se concentró especialmente en Castilla y León y Galicia, aunque las llamas golpearon también a Cataluña, Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. En resumen: destrucción, evacuaciones e incluso víctimas mortales.

Julio: los primeros avisos

El verano arrancó con fuegos de gran magnitud ya en julio. El 2 de julio, en Torrefeta i Florejacs (Lleida), las llamas calcinaron más de 5.500 hectáreas, adelantando lo que estaba por venir. Apenas una semana después, el 8 de julio, se declaró el incendio de Paüls (Tarragona), en la zona del Barranco del Infierno: se saldó con 3.300 hectáreas arrasadas y la primera víctima mortal del verano, un técnico forestal.

La siguiente quincena multiplicó los focos: Navaluenga (Ávila), con 1.500 hectáreas quemadas, Méntrida y Almorox (Toledo), con 3.200 hectáreas y desalojos masivos, y pequeños frentes en Madrid, Sevilla y Valencia marcaron la segunda oleada de llamas.

Agosto: la gran ola

El verdadero desastre comenzó con la ola de calor más intensa desde 1975. El 10 de agosto ardió Uña de Quintana (Zamora), avanzando hacia León y alcanzando las 39.000 hectáreas. Allí, el día 12, perdió la vida un voluntario de extinción en Nogarejas. Simultáneamente, el incendio de Llamas de Cabrera (León) devoraba más de 32.000 hectáreas en El Bierzo, mientras en Galicia los fuegos de Larouco (30.000 ha), Oímbra–Xinzo (17.000 ha) y A Mezquita (10.700 ha) convertían Ourense en un auténtico epicentro del desastre. Incluso el entorno de Pena Trevinca quedó herido, con más de 5.000 hectáreas afectadas.

Madrid tampoco se libró. En Tres Cantos, un incendio avivado por el viento obligó a evacuar a 180 personas y provocó la muerte de un hombre de 50 años. En el sur, la Costa de Cádiz vivió escenas de pánico el 11 de agosto, cuando más de 2.000 vecinos y turistas fueron desalojados en Atlanterra y Bolonia por un fuego en la Sierra de la Plata que, según las investigaciones, pudo ser intencionado. En Extremadura, las llamas regresaron a Las Hurdes (Cáceres), donde se desalojaron varios núcleos rurales tras arder miles de hectáreas de monte.

Los incendios llegaron a amenazar joyas como Las Médulas (Patrimonio de la Humanidad) o el Lago de Sanabria, obligando a cortar carreteras, desviar trenes y confinar pueblos enteros por el humo. Durante días, el AVE Madrid-Galicia permaneció interrumpido. El 15 de agosto, Asturias y Salamanca también sufrieron evacuaciones, y el 18, más de medio país miraba con angustia el avance de los frentes.

Víctimas y evacuados

El balance humano es doloroso. Al menos cuatro personas perdieron la vida este verano a causa de los incendios: el técnico forestal en Paüls, el hombre de Tres Cantos y un voluntario en León, entre otros casos en investigación. En paralelo, miles de vecinos fueron desalojados en Zamora, León, Ourense, Lugo, Cádiz o Cáceres. Solo en Tarifa, la cifra superó las 2.000 personas en una sola jornada. Protección Civil cifró en más de 1.500 km² de espacios protegidos el territorio afectado, incluyendo enclaves de la Red Natura 2000.

El Gobierno movilizó un dispositivo extraordinario: 56 medios aéreos, 10 brigadas BRIF y la intervención de la UME, que llegó a desplegar más de 1.000 militares. Hubo cuatro heridos de la UME en Yeres (León) en plena faena. La coordinación con Protección Civil y el mecanismo europeo de ayuda fue clave para contener la oleada.

¿Por qué cada vez hay más incendios?

Los expertos coinciden en señalar que la combinación de temperaturas extremas, sequedad del terreno y acumulación de combustible vegetal creó un "escenario explosivo" que favorece la propagación rápida y virulenta de los incendios. No es la chispa lo que cambia con el cambio climático, explican, sino la ventana de riesgo, porque hay más días al año con condiciones idóneas para el desastre.

Más de 400.000 hectáreas arrasadas en apenas tres meses. El verano de 2025 pasará a la historia como el del fuego que abrasó España.

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Última hora de los incendios activos
Miembros de las brigadas de extinción de incendios forestales de Galicia | Pedro Pascual/Anadolu vía Getty Images