BIENESTAR Y SALUD

Cómo saber si tengo un sarpullido por calor: síntomas y cuándo acudir al médico

La erupción por calor o miliaria es muy frecuente en esta época del año, sus síntomas pueden ser desde tener ampollas pequeñas hasta bultos profundos e inflamados.

ondacero.es

Madrid | 04.07.2023 17:25

Dos personas combaten el calor con un abanico en Valencia
Dos personas combaten el calor con un abanico en Valencia | Agencia EFE

Con la llegada del verano y sus altas temperaturas aparecen las enfermedades causadas por el calor como podrían ser los desmayos, agotamiento, insolación o los sarpullidos de calor, también conocidos como miliaria roja. Se producen cuando el sudor se queda atrapado en la piel y sus síntomas pueden abarcar desde ampollas pequeñas hasta bultos profundos o inflamados, generalmente causan picazón.

Síntomas del sarpullido por calor

La miliaria en adultos aparece en los pliegues de la piel y donde la ropa roza con la piel. En el caso de los bebés es diferente, ya que se concentra en el cuello, los hombros y el pecho. Aunque también pueden producirse en las axilas, en el pliegue interno del codo y en la ingle. El sarpullido por calor se manifiesta de cuatro formas diferentes:

  • La más leve, la formación de pequeños bultos transparentes llenos de líquido que se rompen con facilidad.
  • La que afecta a un nivel más profundo en la piel con ampollas y picazón o cosquilleo en el área afectada.
  • La llamada pustulosa con inflamaciones de la piel con pus.
  • La forma menos común y la más profunda es que la que afecta a la capa más profunda de la piel, con protuberancias firmes inflamadas que producen dolor o picazón y pueden romperse.

Cuándo hay que consultar al médico

Este tipo de erupción suele desaparecer por sí sola cuando la piel se enfría, aunque es recomendable acudir a consulta si el sarpullido o si parece haber signo de infección, como el incremento del dolor, inflamación, enrojecimiento o temperatura en la zona afectada. También si hay pus que drena de las lesiones, inflamación en los ganglios linfáticos de la axila, cuello o ingles, así como la aparición de fiebre o escalofríos.