El consistorio ve excesivos los precios de los entierros en la capital catalana, que según la OCU cuestan una media de 6.441 euros y se encuentran entre los más caros de España, donde la media es de 3.600 euros. "El sistema de prestación del servicio funerario es demasiado caro", ha argumentado Pisarello, quien ha justificado la necesidad de que el consistorio intervenga porque "el mercado no ha funcionado de manera adecuada" y en vez de aumentar la competencia, mejorar servicio y abaratar precios "lo que se ha producido es lo contrario, la conformación de un oligopolio".
Con el 15 % de Serveis Funeraris de Barcelona que posee el Ayuntamiento de Barcelona el consistorio no tiene suficiente influencia en el mercado para hacer que "los precios para despedir de manera digna a los seres queridos sean asequibles". Para Pisarello, tampoco basta con la actualización de las ordenanzas municipales de Servicios Funerarios y Cementerios, que datan de 1998, que el gobierno presentará la próxima semana en la comisión de Presidencia y que se aplicará antes del próximo verano para adaptar los precios a las nuevas realidades sociales y económicas.
"La presencia pública puede ser un instrumento para garantizar que haya más competencia, más calidad y, sobretodo, que el precio sea más accesible", ha argumentado Pisarello, que ha anunciado que la nueva empresa funeraria será una realidad en 2019 y contará con un tanatorio propio para poder garantizar calidad y precio.
La empresa funeraria Mémora, por su parte, ya ha expresado su sorpresa y malestar por el anuncio del Ayuntamiento y su consejero delegado, Juan Jesús Domingo, se ha mostrado, en declaraciones a EFE, "absolutamente sorprendido" por el hecho de que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, haya decidido "cambiar las reglas del juego sin ningún tipo de comunicación ni diálogo" con el sector. "Nos parece absolutamente inaudito que se haya decidido cambiar el modelo de servicios funerarios sin dialogar con los agentes implicados", ha manifestado.