El desperdicio alimentario en el hogar aumentó en España durante el año 2018 un 8,9 % respecto al ejercicio anterior y se tiraron a la basura 1.339 millones de kilos de comida, según datos oficiales. Así se desprende del panel sobre desperdicio elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que señala que en comparación con 2017 los ciudadanos tiraron a la basura 110 millones de kilos más.
Los autores del informe han apuntado que este repunte se debe sobre todo al aumento del desperdicio registrado durante la primavera-verano de 2018, una época de "altas temperaturas" y en la que se registró un incremento superior al 10 % respecto al mismo período del año anterior.
Estas cifras suponen que en los hogares se desecha el 4,6 % de todos los alimentos que se compran, tres décimas por encima del dato de 2017. Pese al incremento registrado, el número de hogares que tiraron comida se redujo en un 0,76 %, hasta los 14,39 millones; de esta forma, se calcula que 8 de cada 10 hogares en España desperdician alimentos.
De todos los alimentos desechados, 1.127 millones de kilos correspondieron a productos sin utilizar -casi la mitad eran frutas, verduras y hortalizas- y 212 millones eran alimentos cocinados -con lentejas, cocido, tortilla de patata y puré de verduras como protagonistas principales-. En ambos casos, Andalucía lidera la estadística como la región con mayor de volumen de comida que acaba en la basura.
El perfil de hogar que acaba tirando alimentos se corresponde con aquellos que tienen hijos menores de 6 años y parejas sin hijos, según las estadísticas recogidas por el Ministerio. Los datos del Gobierno revelan que los hogares concentran cerca del 42 % de todo el desperdicio alimentario en España, frente al 39 % de la industria -en su caso se incluyen también las pérdidas a la hora de fabricar-, el 14 % de la restauración y el 5 % de las cadenas de supermercados.