LLUVIA DE ESTRELLAS

Un astrofísico explica cómo y cuándo ver la lluvia de Perseidas: "Son la cita obligada del verano"

Javier Armentia, astrofísico y divulgador científico, nos cuenta en Onda Cero los secretos para disfrutar de la lluvia de estrellas que nos regala el cielo de verano.

Tomás Sanjuán | Nerea Pardillo

Madrid |

Audio: Javier Armentia para Onda Cero - Imagen: Perseidas (Europa Press) y Javier Armentia (cedida)

Cada mes de agosto, los amantes del cielo y la astronomía tienen una cita con las estrellas: llega la lluvia de estrellas perseidas, también conocidas como lágrimas de San Lorenzo, uno de los fenómenos astronómicos más importantes del calendario.

En palabras del astrofísico y divulgador científico Javier Armentia, que puedes escuchar complementando este artículo, "son casi esa cita obligada que tenemos la gente de la astronomía con el cielo de verano", ya que la Tierra "cumple su horario previsto en su órbita alrededor del Sol" y atraviesa la zona donde el cometa Swift-Tuttle ha dejado numerosos fragmentos.

Cuándo ver las perseidas

Aunque desde el pasado 27 de julio ha podido verse alguna, el día en que más perseidas serán visibles es la noche del 12 al 13 de agosto, fecha en la que alcanzará su pico. Sin embargo, la luna, que estará en fase menguante, "da mucha luz y nos puede hacer perder las más débiles", explica Armentia, lo que dificultará su observación.

Las perseidas empiezan a verse cuando la constelación de Perseo se eleva por el horizonte, algo que sucede sobre la medianoche, por lo que a partir de ese momento y hasta la madrugada la actividad será mayor. En los momentos de mayor intensidad pueden verse hasta 50 perseidas por hora.

Cómo ver mejor las perseidas

Para observar las perseidas, lo primero es buscar un lugar oscuro, alejado de la contaminación lumínica de las ciudades. Cuanta menos población haya alrededor, mejor será la visibilidad. Luego, hay que localizar la constelación de Perseo, donde se encuentra el radiante, que es el punto del que parecen proceder todas las estrellas fugaces. Esta constelación está cerca de Casiopea, que tiene forma de W o M dependiendo del punto de vista.

Armentia recomienda "tumbarse en una tumbona o directamente en el suelo y contemplar ese espectáculo maravilloso del cielo de verano, esperando tener suerte para ver muchas estrellas fugaces".

"Si Casiopea tiene forma de W, Perseo estará abajo a la izquierda; si es una M, estará abajo a la derecha", indica la guía habitual para los observadores.

Origen de las perseidas

El origen de esta lluvia de estrellas son los restos del cometa 109P/Swift-Tuttle, que orbita alrededor del Sol aproximadamente cada 133 años y que pasó cerca por última vez en 1992. Cada año, cuando la Tierra cruza la órbita del cometa, las lágrimas de San Lorenzo pueden verse entre el 17 de julio y el 24 de agosto, con su pico máximo entre el 11 y el 13 de agosto.

En esta órbita hay multitud de partículas pequeñas, similares a granos de arena, que el cometa fue dejando en sus pasos anteriores. Estos fragmentos son atrapados por el campo gravitatorio de la Tierra y caen rápidamente a través de la atmósfera.

"Al entrar en contacto con los gases atmosféricos, la fricción los calcina, y por eso brillan, dando lugar a lo que popularmente llamamos estrellas fugaces", explica Javier Armentia.

El divulgador añade que "a veces el fragmento es un poquito más grande y hace que la estrella fugaz chisporrotee durante un recorrido más largo, incluso puede estallar y fragmentarse en la atmósfera, ofreciendo un espectáculo aún más llamativo".

Eventos especiales y tradición

Este año, Armentia destaca la importancia de la noche del 12 de agosto no solo por la intensidad de la lluvia, sino también porque "en lugares como Lerín, Navarra, se han organizado eventos para disfrutar del fenómeno en un entorno privilegiado para la astronomía, con cielos certificados Starlight y la posibilidad de ver además objetos celestes como nebulosas y galaxias gracias a telescopios preparados para la ocasión".

Finalmente, Armentia invita a todos a "seguir la tradición de pedir deseos con las lágrimas de San Lorenzo y disfrutar de esta maravillosa oportunidad de conectar con el cosmos, con la tranquilidad de una noche de verano bajo las estrellas".

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