Psicología

Así es el 'burnout silencioso' que empeora antes de tus vacaciones: síntomas que estás pasando por alto

Este tipo de agotamiento suele disfrazarse de desgana, apatía o baja productividad, y se agrava por la expectativa de "aguantar hasta las vacaciones".

Estos son los motivos por los que te cuesta más concentrarte en junio: la ciencia y la psicología están detrás

Alicia Bernal

Madrid |

Síndrome del burnout
Síndrome del burnout | Pexels

Muchas personas llegan a junio agotadas mental y físicamente, pero sin darse cuenta del todo, porque no hay un colapso evidente, a pesar de tener una sensación persistente de "estar al límite". Este tipo de agotamiento suele disfrazarse de desgana, apatía o baja productividad, y se agrava por la expectativa de "aguantar hasta las vacaciones".

El burnout silencioso antes del verano es más común de lo que parece. Vamos a repasar sus principales señales, así como algunos consejos que podemos aplicar para intentar mitigarla.

Señales que solemos pasar por alto

Para tener claro el concepto, el burnout silencioso es una forma de agotamiento crónico que no se manifiesta de forma dramática, sino que se instala de forma progresiva y silenciosa, afectando tu energía, motivación y salud emocional.

De esta manera, las señales que debes tener en cuenta son:

1. Desgana generalizada: sientes que todo te da igual o que solo “estás sobreviviendo el día” y te cuesta entusiasmarte incluso con planes agradables.

2. Falta de concentración: te distraes con facilidad, te cuesta seguir conversaciones o tareas simples. No es falta de capacidad, es fatiga mental acumulada.

3. Productividad baja con mucho esfuerzo: trabajas más, pero rindes menos, es decir, te lleva el doble de tiempo hacer cosas que antes hacías con fluidez.

4. Irritabilidad sutil o emocionalidad apagada: estás más sensible, impaciente o bien, te sientes emocionalmente plano o desconectado.

5. Dolores físicos sin causa clara: sientes tensión en cuello, espalda o mandíbula; además puedes notar dolores de cabeza frecuentes, problemas digestivos o insomnio.

6. Uso excesivo de distracciones: pasas más tiempo en redes sociales, ves series en exceso, comes de forma más emocional e impulsiva o te aislas. Estas acciones te desconectan temporalmente del malestar, pero no te relajan realmente.

¿Por qué sucede más antes del verano?

La fatiga acumulada del primer semestre (laboral, familiar o emocional), junto con la alta carga mental (cierres de curso, entregas, eventos) y la expectativa de descanso cercano, hace que el cuerpo y la mente “aflojen” y cueste más sostener el ritmo.

Además, en estas fechas los días son más largos y se acumulan más compromisos sociales. Todo esto lleva a más estímulos y menos descanso.

¿Qué hacer si detectamos señales del burnout silencioso?

Si has llegado a este punto es que has detectado que padeces de este agotamiento, y aunque no es fácil "ponerse en marcha", hay algunas acciones que puedes aplicar en tu día a día para ir haciendo más llevadera tu rutina:

1. Haz pausas reales, aunque sean breves (5–10 min sin pantallas, en silencio o al aire libre).

2. Prioriza tareas esenciales y reduce las no urgentes.

3. Habla con alguien de confianza: verbalizar ayuda a aliviar la carga.

4. Respeta tus horas de sueño y desconexión (no revisar trabajo por la noche).

5. Cuida tu cuerpo: hidrátate, come bien, muévete, aunque sea poco.

6. Si puedes, toma un día libre o una tarde para ti antes de las vacaciones.