El hecho de nombrar a las borrascas profundas favorecerá que la comunicación sea más efectiva ante episodios adversos de viento, de fenómenos costeros, de lluvia y de nieve, ha señalado la agencia en una nota.
La Aemete ha recordado que una borrasca o depresión es un tipo de ciclón (huracanes, tifones y bajas polares, entre otros) que se desarrolla en latitudes medias y donde el viento gira en sentido contrario a las agujas del reloj dentro del hemisferio norte.
La borrasca solo se nombrará cuando se prevean condiciones que den lugar a la emisión de alertas de viento, naranja o rojo, y que en el caso de España alcancen rachas máximas superiores a los 90, 100 y 110 kilómetros por hora en función de las zonas.
De esta manera, el servicio meteorológico de cualquiera de los tres países que prevea emitir el primer aviso dará nombre a la borrasca siguiendo la siguiente lista e informando a los otros dos países: Ana, Bruno, Carmen, David, Emma, Félix, Gisele, Hugo, Irene, Jose, Katia, Le, Marina, Nuno, Olivia, Pierre, Rosa, Samuel, Telma, Vasco y Wiam.
En el caso de que la borrasca sea postropical o extratropical, y por tanto ya haya sido nombrada por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Miami, se deberá usar el mismo nombre añadiendo el prefijo "ex".
La Aemet ha subrayado que la borrasca mantendrá el mismo nombre a lo largo de todo su ciclo de vida, y, de momento, solo se nombrarán las borrascas atlánticas y no las mediterráneas, que se intentarán abordar en un futuro.
Esta nueva forma de comunicar fenómenos adversos, se desarrolla en el marco de EUMETNET, organización cuyo objetivo es asegurar y facilitar la cooperación entre los Servicios Meteorológicos Nacionales de Europa, y en coordinación con MétéoFrance (Francia) e IPMA (Portugal).