La actriz trans y estrella de la serie estadounidense 'Euphoria', Hunter Schafer, ha recibido un pasaporte en la que se la cataloga como hombre. A pesar de que la intérprete marcó en la casilla del documento el sexo femenino, la decisión de la administración Trump de catalogar a las personas con el sexo binario asignado al nacer, ha hecho que Schafer sea clasificada como hombre en su documento de identidad.
Hunter Schafer es considerada una mujer desde su adolescencia. Las nuevas directrices indicadas por Donald Trump desde la Casa Blanca han provocado la indignación de la actriz. La intérprete, responsable de encarnar el papel de Jules en 'Euphoria', ha lanzado un vídeo en redes sociales explicando lo sucedido.
En la publicación, Schafer ha empezado haciendo recordar a sus seguidores los primeros días en los que Donald Trump firmó el decreto por el que se reconocía sólo los sexos masculino y femenino en los documentos oficiales. "No hago este post para crear miedo, crear drama o generar consuelo" decía la actriz, alegando que sólo cree que "merece la pena publicarlo para que quede constancia de la realidad de la situación".
Hunter Schafer proseguía diciendo que nadie estaba exento de recibir el mismo trato, independientemente de su color de piel o dinero. Además, la actriz reconoce que le imparta poco lo que diga en su pasaporte, ya que eso no cambia quién es. Schafer sí reconoce que tendrá que presentar la documentación y dar explicaciones a la autoridad en más ocasiones de las que le gustaría. Acabó diciendo que piensa en las personas a las que "también les puede estar pasando esto".
Un caso que escenifica la idea de Trump
Desde sus primeros días en la Casa Blanca, Donald Trump mostró su compromiso de acabar con todo lo que el magnate considera políticas woke. Entre ellas, destacan las políticas de diversidad y a favor de la comunidad LGTBIQ+. La primea de las medidas que el presidente de Estados Unidos tomó para erradicarlas fue la implantación de los sexos masculinos y femeninos únicamente, y la identificación según el sexo asignado al nacer.
Esto ha provocado que desde la administración pública estadounidense se haya cortado por lo sano, y que se presione para hacer cumplir estas medidas. El último ejemplo fue el documento mandado por la embajada de Estados Unidos en España en la que se exigía a sus empresas proveedoras eliminar cualquier política de género o diversidad para así poder trabajar con ellos.

