Un total de 2.604.000 menores de edad en España están en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que significa que el 32,2% de esta población sufre esa vulnerabilidad siendo el tercer país europeo con peor porcentaje, tras Rumanía y Bulgaria.
Así se desprende de los datos publicados este miércoles por la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat), que refleja que a nivel comunitario el 24,7% de los niños estaban en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022. Dicho de otro modo, casi 20 millones de menores de 18 años estaban en esa coyuntura, una realidad que empeoró respecto en 0,3 puntos porcentuales respecto a 2021, que fue del 2,4%.
A nivel nacional, en 2022, los valores más altos se registraron en Rumanía (41,5%), Bulgaria (33,9%) y España (32,2%). Por el contrario, Eslovenia (10,3%), Chequia (13,4%) y Dinamarca (13,8%) registraron los porcentajes más bajos. Asimismo, en 2022, el 24,7 % de los niños (menores de 18 años) en la UE estaban en riesgo de pobreza o exclusión social, en comparación con el 20,9% de los adultos (de 18 años o más).
Las cifras muestran que cuanto mayor era el nivel educativo de los padres, menor era el porcentaje de niños en riesgo de pobreza o exclusión social. De hecho, para los niños cuyos padres tenían un nivel educativo bajo, este porcentaje era del 61,9 %, en comparación con el 10,2 % para niños cuyos padres tenían un nivel educativo alto.
El origen familiar condiciona socialmente
Según reflejó Eurostat, los niños menores de 18 años que crecen en la pobreza o la exclusión social encuentran dificultades para obtener buenos resultados en la escuela, disfrutar de buena salud y desarrollar todo su potencial en el futuro. También enfrentan un mayor riesgo de quedar desempleados, pobres y socialmente excluidos cuando sean adultos.
En riesgo de pobreza o exclusión social , abreviado como 'Arope', corresponde a la suma de personas que están en riesgo de pobreza o gravemente desfavorecidas material y socialmente o que viven en un hogar con una intensidad laboral muy baja. La UE se ha propuesto que antes de 2030 el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social debería reducirse en al menos 15 millones, y de ellos, al menos cinco millones deberían ser niños.