HABILIDADES SOCIALES

Las 10 frases que las personas con pocas habilidades sociales suelen utilizar en las conversaciones cotidianas

Estas frases pueden ser malinterpretadas porque, aunque la persona quiera darle un sentido, son entendidas con otra percepción.

Nerea Pardillo

Madrid |

Una persona agobiada
Una persona agobiada | Unsplash

Para algunas personas, mantener conversaciones con otras de manera fluida y sencilla es todo un reto, ya sea por nerviosismo, falta de experiencia o falta de habilidades comunicativas. Es por ello que este tipo de personas emplean frases en las conversaciones que pueden ser malinterpretadas porque, aunque la persona quiera darle un sentido, son entendidas con otra percepción.

Lo que sea

Esta frase suele ser un claro ejemplo de falta de habilidades sociales porque la otra persona puede percibirla como algo despectivo, indiferente o irrespetuoso, ya que la impresión para el receptor es que no interesa la conversación ni su opinión.

La solución es expresar tu opinión sobre el tema de manera sencilla. No dar la razón a la otra persona porque sí, sino explicar tus razones, tu punto de vista.

No me importa o me da igual

Esta frase puede dar una impresión equivocada, ya que puede dar a entender que no te interesa la opinión de la otra persona ni sus pensamientos o razonamientos. Puede llevar a la otra persona a no querer hablar contigo.

En estas situaciones lo mejor es decir algo tipo "Comprendo tu postura, pero...", "Entiendo lo que quieres decir, pero..." para dejar claro que valoras su opinión, aunque no la compartas.

Solo estoy siendo honesto

Esta frase suele utilizarse en conversaciones en la que se le dice a otra persona lo que piensas de algo, habitualmente del ámbito personal. Si bien, puede ser percibida como grosera o con falta de tacto, porque no se tienen en cuenta los sentimientos de la otra persona.

Por eso, antes de decir un comentario hiriente, pueden emplearse otras fórmulas como "entiendo tu postura, pero ¿has pensado...?" o "basándome en mi experiencia te puedo decir que...". Así el efecto se suavizará.

Sin ánimo de ofender, pero...

Esta frase suele ser la antesala de un comentario hiriente u ofensivo, a pesar de que la intención no sea esa. Esta frase da al interlocutor una falsa sensación de permiso para decir algo que va a hacer daño. Por ello, es mejor utilizar otro tipo de fórmulas como las mencionadas anteriormente, para no herir a la otra persona.

No es mi culpa

Esta frase suele utilizarse como una excusa o mecanismo de defensa para no asumir errores. Es una frase que puede generar tensión, porque aunque es "normal" no querer asumir la responsabilidad, es una manera de volcar los errores en la otra persona. Da la sensación de inmadurez.

Por ello, una opción mejor es decir "Vamos a ver cómo podemos solucionar esto", que refleja madurez, responsabilidad e iniciativa para solucionar las cosas.

Odio...

Es una frase que puede incomodar a la otra persona y crear conflictos innecesarios. Suele ser percibida como que la persona se pone a la defensiva y dificulta que los demás expresen sus propias opiniones. Por ello, es mejor decir "prefiero..." o "no me gusta mucho esto...", ya que son más suaves.

Eso es una locura

Utilizar esta frase en medio de una conversación puede ser un signo de que la conversación no causa interés o que la persona no sabe de qué le están hablando y no sabe qué responder. La solución es hacer preguntas sobre el tema a la otra persona, participar de manera activa en la conversación o compartir experiencias relacionadas.

¿Por qué siempre me pasa esto?

Es un pensamiento que se dice con frecuencia cuando se atraviesa un momento difícil. Si bien, si se dice en medio de una conversación, provoca que el tema gire en torno a esa persona, que se presenta como una víctima. Además, puede ser incómoda para el resto, que se sienten obligados a consolarla o calmarla. Lo mejor es cambiar de enfoque la manera de expresar los sentimientos, de tal manera que las demás personas sientan empatía.

Client Challenge

No soy una persona sociable

Las personas con dificultades comunicativas emplean esta frase como escudo, para así no tener que continuar la conversación. Si bien, la otra persona suele quedarse paralizada, sin saber cómo continuar y, en lugar de ayuda, puede crear distancia entre ambas.