Las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram nos permiten estar permanentemente conectado con nuestros familiares y amigos, si bien en ocasiones demandan una atención que podríamos invertir en otras tareas. Este inconveniente es especialmente grave cuando vamos al volante, pues un zumbido o una notificación a la que atendemos puede marcar la diferencia entre un viaje tranquilo o un accidente con consecuencias mortales.
La distracción de los mensajes de móvil
Mira al teléfono cuando vamos conduciendo es un peligro - penado por el código de circulación - que afecta especialmente a los jóvenes: 1 de cada 3 jóvenes de entre 18 y 25 años reconocen que revisan sus mensajes cuando están al volante, según un estudio publicado por la Fundación Mutua Madrileña y la Asociación por la prevención de siniestro viales y sus graves consecuencias (AESLEME).
Un 32,4 de los jóvenes universitarios encuestados por los impulsores del estudio admiten haber revisado WhatsApp o alguna aplicación similar a los mandos de un automóvil, y un 22,8 por ciento admite realizar llamadas sin usar manos libres. Se trata de una investigación que aglutina los testimonios de 1.900 jóvenes entre 2022 y 2023, en el contexto de la campaña de prevención "Agárrate a la vida".
El alcohol y las drogas: todavía un riesgo al volante
Además de este llamativo dato sobre el uso del teléfono, la encuesta arroja otros datos preocupantes: cerca de seis de cada diez jóvenes (58, 3 %) ha tenido que intervenir para evitar que un amigo condujese bajo los efectos del alcohol o las drogas, aunque son un 75% los que afirman haber visto a un compañero dirigir un automóvil afectados por sustancias estupefacientes. Uno de cada cinco jóvenes (21%) admite haber cogido él mismo el coche en estas circunstancias.
El estudio de la Fundación Mutua Madrileña y AESLEME también indica que 1 de cada 3 encuestados ha cogido el coche en sustitución del conductor original, bebido. El 77,8 % de los encuestados, por otro lado, admite respetar los límites de velocidad frente al 22,2 % que afirman no tenerlos en cuenta.
Una tendencia positiva
Este informe es el mismo que ya publicó la misma entidad entre 2014 y 2016, y muestra una cierta tendencia positiva: en el informe de hace una década, un 27% de jóvenes afirmaba haber conducido bajo efectos del alcohol, frente al 21% actual. También se ha reducido el porcentaje que admite haber tomado drogas antes de ponerse al volante (76,5% frente al 80%) y aquel que realiza llamadas con el mano libres mientras conduce (22,8% frente al 30%).
El informe indica que más o menos el mismo porcentaje de jóvenes evitan que amigos cojan el coche borrachos, si bien la figura del conductor alternativo parece haber retrocedido en la última década.