Si sufres de fascitis plantar y no logras mejorar, puede que el verdadero culpable esté en tus pies… o más bien, en lo que te pones sobre ellos. El podólogo Manuel Vidal, conocido en redes como 'podomanu', ha publicado un vídeo en TikTok, donde advierte sobre los cinco peores tipos de calzado para quienes padecen esta dolorosa inflamación en la planta del pie.
El Dr. Vidal lo deja claro desde el principio: "Muchos pacientes no mejoran porque usan calzado que agrava la inflamación de la fascia." A continuación, su lista negra:
Calzado minimalista (ej. Saguaro)
Aunque estos zapatos han ganado popularidad entre quienes buscan fortalecer la musculatura del pie de forma natural, no son adecuados en plena fase aguda de la fascitis. Su suela extremadamente delgada y falta de amortiguación pueden intensificar el dolor en el talón.
“Pueden ser interesantes para reforzar el pie, pero no durante una fase aguda. Así que fuera”, advierte Vidal.
Botas Doctor Martens
Con suelas rígidas y un diseño abotonado, estas icónicas botas dificultan el movimiento natural del tobillo. La falta de flexibilidad y su peso hacen que sean una mala opción para quienes buscan aliviar la presión sobre la fascia plantar.
Zapatillas Converse
Otro clásico que no pasa el filtro del podólogo. Su diseño estrecho en la puntera impide que los dedos se muevan libremente, y su suela completamente plana carece del soporte necesario.
“Este calzado es demasiado apretado y plano. Va a empeorar mucho tu fascitis plantar, así que deja de usarlas”, recomienda.
Cuñas y plataformas
Aunque pueden lucir elegantes, estos zapatos con exceso de tacón y escasa flexibilidad solo deben usarse de forma muy puntual. Según el podólogo, pueden agravar la inflamación y el dolor debido a la falta de amortiguación y movilidad.
“Llévalas un día para una cena, pero desde luego, si tienes fascitis plantar, deja de usarlas.”
Chanclas de dedo
El gran enemigo del verano para quienes sufren de fascitis plantar. Este calzado no ofrece sujeción ni en el talón ni en el empeine, obligando a los dedos a trabajar de forma constante para mantener la estabilidad. El resultado: una pisada antinatural y una fascia más irritada.
“Probablemente el peor calzado que puedes ponerte. Solo sirven para ir de la playa al coche y para las duchas del gimnasio.”