Durante las olas de calor, mantenerse hidratado es fundamental. Sin embargo, existe un riesgo poco conocido, pero grave: la intoxicación por agua. Este fenómeno ocurre cuando se ingiere demasiada agua en un corto periodo, diluyendo peligrosamente los electrolitos, sobre todo el sodio, en la sangre.
Un caso reciente en Round Rock, Texas, ilustra bien este peligro. Un hombre de 74 años bebió casi 3 galones de agua en cinco horas mientras trabajaba en el jardín. Creyendo que así se protegía del calor, terminó ingresando al hospital con síntomas muy peligrosos: náuseas, fatiga, dolores en el pecho y dificultad para respirar. Los médicos confirmaron que no era un infarto, se trataba de intoxicación por agua, que puede derivar en convulsiones, edema cerebral e incluso la muerte.
El problema surge cuando se bebe más agua de la que losriñones pueden eliminar. El cuerpo humano puede procesar aproximadamente un litro por hora, y exceder esa cifra provoca la dilución del sodio en sangre, generando una condición llamada hiponatremia, con síntomas en principio parecidos a los de una insolación.
¿Cómo evitarlo y qué hacer en caso de calor extremo?
- Escucha a tu cuerpo. Bebe agua cuando tengas sed, no "por si acaso". En condiciones normales, los adultos necesitan entre 1,6 y 3 litros al día, cifra que varía según sexo, peso y actividad.
- Equilibra líquidos y sales. Si sudas mucho, por ejercicio o calor, acompaña el agua con sales o bebidas isotónicas, para reponer el sodio perdido.
- Ritmo adecuado. No bebas de forma masiva. Tu cuerpo elimina hasta 1 litro por hora, y superarlo intensifica el riesgo de intoxicación.
- Conoce los síntomas. Confusión, mareos, náuseas, vómitos y dolor de cabeza pueden ser señales tanto de insolación como de hiponatremia. Ante estos síntomas, busca atención médica urgente.
- Atención especial a grupos vulnerables. Personas mayores, deportistas, trabajadores al sol y quienes toman ciertos medicamentos (diuréticos, antidepresivos, etc.) deben tener más cuidado con el consumo de agua.