El gobierno de la ciudad de Tokio ha anunciado que durante los cuatro meses de verano la tarifa básica del agua será gratuita para toda la población de la capital. La medida afectará a 14 millones de habitantes, cubrirá facturas de entre 860 y 1.460 yenes mensuales (unos 6 y 10 dólares) y tendrá un coste total de 36.800 millones de yenes (aproximadamente 260 millones de dólares).
La razón principal detrás de esta medida es la dramática situación que la ciudad atravesó durante el verano pasado. Las temperaturas se situaron casi dos grados por encima de la media de los últimos 35 años, en una ola de calor que dejó como consecuencia más de 8.000 hospitalizaciones por insolación y 263 muertes. Se pudo comprobar que en el 60% de los casos, los afectados no habían encendido el aire acondicionado porque no podían pagarlo.
La intención de las autoridades niponas es que los ciudadanos puedan gastar lo que ahorren de la factura del agua en refrigerar sus casas. A destacar que solamente se elimina la tarifa básica del agua, los ciudadanos todavía tendrán que seguir pagando, por una parte, de este servicio. El Gobierno ha optado por reducir la tasa del agua al no tener capacidad de gestión en la tarifa eléctrica, que está en manos de empresas privadas.
Desde el anuncio de esta política, las críticas se han sucedido dentro y fuera de Tokio, desde su propia población, por dejar intacta la elevada factura eléctrica. Además, en otras partes del país han exigido al Gobierno central que aplique medidas similares, puesto que las elevadas temperaturas también afectan a otras regiones.
