Una investigación de The Times ha revelado que, desde 2022, 11 de los 12 jardineros a tiempo completo han abandonado Highgrove Rose, el jardín personal del rey Carlos III debido a las exigencias, bajos salarios y una gestión inflexible. Este jardín, que el rey lleva cultivando desde hace más de cuatro décadas, ahora es foco de quejas, renuncias y hasta acusaciones de trato abusivo.
Esta finca se encuentra en el sureste de Tetbury, en Gloucestershire y pasó a manos de la corona inglesa en 1980. La investigación señala que una primera denuncia interna obligó a la Fundación del Rey a revisar los protocolos y formas de trabajo. Ese informe reveló "escasez crítica de personal, sueldos poco competitivos y malas prácticas de gestión".
La mayor parte del tiempo era malhumorado y mezquino
La denuncia interna hablaba de problemas de baja moral y lesiones físicas debido a la sobrecarga de trabajo. Asimismo, The Times señala que el Rey todavía sigue prácticas ancestrales para dirigirse a sus empleados: envía instrucciones a mano en tinta roja que van desde corrección de errores gramaticales, cómo redactan los trabajadores los reportes -deben dirigirse correctamente a Su Majestad o Su Alteza Real.
Si bien, esto parece ser que viene de lejos porque el escritor Cristopher Andersen en un libro escrito en 2022 contaba que por aquel entonces príncipe de Gales salía al porche con un micrófono en la mano para gritar órdenes al personal. "Para alguien que dijo que fue víctima de bullying de niño, el príncipe Carlos claramente disfrutaba intimidándonos" le dijo uno de los empleados a Andersen. "La mayor parte del tiempo era malhumorado y mezquino. No dudaba en gritarte si cometías un error" añadía el mismo empleado.
La denuncia interna también apunta contra el director ejecutivo de la finca
En la denuncia interna de la que habla The Times, esta persona también habla sobre Constantine Innemée, el director ejecutivo de Highgrove, al que también describen con un carácter fuerte. Según los empleados, los intereses del Rey por encima de las necesidades reales del trabajo. En un momento determinado, un empleado le recriminó la falta de personal, si bien Innemée le reprendió duramente.
A pesar de que de puertas para afuera Highgrove Rose es un éxito e intenta aparentar que la calma y la conexión con la naturaleza es lo más importante, quienes han trabajo dentro aseguran que no les compensa: "La armonía con la naturaleza era real. Pero entre personas, había más tensión que paz".
El jardín de Carlos II es también un éxito comercial. En 2024, las visitas guiadas, cenas privadas y productos de marca de la monarquía generaron seis millones de libras en ingresos.

