El primer ministro de Israel y líder del partido derechista Likud, Benjamín Netanyahu, podría continuar al frente del ejecutivo tras las elecciones celebradas este martes, de confirmarse los resultados que dan los sondeos difundidos por las cadenas de televisión, que apuntan prácticamente a unempate técnico. Según los sondeos emitidos por los canales 10 y 1 de la televisión israelí, el Likud empataría a 27 escaños con la coalición de centroizquierda Campo Sionista, integrada por el Partido Laborista y el centrista Hatnuá. Por su parte, el sondeo del Canal 2 de la televisión israelí da la victoria al Likud con 28 escaños, uno más que el Campo Sionista. El exministro israelí de Exteriores y número 6 en la lista del partido derechista Likud, Shilván Shalom, afirmó que, según los sondeos, Netanyahu podría formar Gobierno con el apoyo de 63 o 64 diputados, dos o tres más de los 61 que suponen la mayoría absoluta en la Kneset, el Parlamento de Israel. En declaraciones a la prensa en Tel Aviv, donde se encuentra el cuartel general electoral del Likud, Shalom manifestó que "está muy claro que Netanyahu continuará liderando el Estado; los resultados son fuertes, más allá de todos los sondeos que se habían escuchado en los últimos días", y en los que apenas se le concedían 20 o 21 escaños. Shalom manifestó que muchos israelíes han decidido votar por el Likud, "por una fuerza nacional" y "no para que los laboristas estén en el poder". "Estamos trabajando para formar una nueva coalición en los próximos días, una coalición fuerte, capaz de manejar todos los asuntos fuertes", apuntó. Sobre la eventual coalición de Gobierno, explicó que lo más probable es que esté integrada, además de por el Likud, por las formaciones ultranacionalistas Hogar Judío e Israel Beitenu, además de los partidos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá y el centroderechista Kulanu, aunque no descartó que Netanyahu ofrezca después a otras formaciones sumarse al Ejecutivo. "Netanyahu está ya hablando con los líderes de otros partidos para que en poco tiempo puedan alcanzar un acuerdo que nos permita continuar gobernando el país", afirmó. Por otra parte, los sondeos sitúan en tercera posición a la Lista Árabe Común con entre 12 y 13 escaños, y en cuarta al partido laico centrista Yesh Atid (Hay Futuro), del exministro de Finanzas Yair Lapid, con entre 11 y 12 diputados. El gran derrotado sería el partido ultraderechista Hogar Judío, de Naftalí Bennet, que sólo obtiene entre 8 y 9 diputados, por debajo incluso del centroderechista Kulanu (una escisión del Likud surgida para estas elecciones), que con 10 escaños se convierte en el fiel de la balanza para la formación de gobierno. Hoy, a media tarde, Bennet reconoció que "la cosa no pintaba bien", para su partido, aparentemente de acuerdo con sus propios sondeos internos de su partido, y acusó al Likud de haberle robado a parte de su electorado a pesar de que ambos se declararon lealtad en medio de la campaña. De hecho, a lo largo de la jornada electoral, Netanyahu incluso aseguró que la primera llamada que haría para formar gobierno sería al líder del partido Hogar Judío. En la parte baja de la lista, según los sondeos, se encuentran los partidos ultraortodoxos Judaísmo Unido de la Torá y Shas, con entre 6 y 7 escaños cada uno; el frente pacifista Meretz, con 5; y la formación ultranacionalista Israel Beitenu, con 5. Netanyahu calificó las elecciones de "gran victoria para el Likud" y para "el campo nacional" en un post que ha colgado en su página de Facebook, tras publicarse los resultados de los sondeos y se espera que esta noche comparezca en la sede de la campaña en Tel Aviv.