En Tver

Unos sacerdotes rusos lanzan agua bendita para luchar contra el alcohol y la lujuria

En la ciudad de Tver, Rusia, desde 2006, cada año, varios sacerdotes ortodoxos se montan en un avión con un equipaje muy particular: 70 litros de agua bendita para verterla sobre la población una vez el avión la sobrevuela a 200 o 300 metros de altitud.

Belén Gómez del Pino

Madrid | 23.09.2019 06:57

El mecanismo es sencillo, abren la portezuela y la esparcen utilizando un objeto simbólico, el cáliz inagotable, que según asegura la Curia local, cura a los drogadictos y quienes consumen alcohol en exceso. El ritual sirve además, según afirman, para proteger a la ciudad de la lujuria.

Este año en el avión había tres invitados de excepción, el obispo principal de la provincia y un matrimonio convencido de que el marido se ha curado de forma milagrosa del alcoholismo.

Cada año se reproducen las críticas y las burlas hacia esta iniciativa religiosa. A ello responden los protagonistas con mucha seriedad, "tratamos de ayudar a las personas a deshacerse de las enfermedades. Buscamos detener el consumo de alcohol y las drogas. Ríanse, pero es nuestro trabajo. Cualquier enfermedad proviene de un virus -aseguran- y un virus es un demonio, por tanto son enfermedades espirituales". E insisten en que seguirán haciéndolo cada año.