PIOJOS DE MAR NORMALMENTE INOFENSIVOS

Resuelven el misterio de las criaturas marinas que comen carne humana y sembraron el pánico en Australia

Al parecer, el adolescente molestó a un banco de piojos de mar que se estaban alimentando y estos confundieron sus pies con carroña, por lo que le atacaron, desangrándolo. Estos crustáceos están por todas las playas y normalmente son inofensivos.

ondacero.es

Madrid |

Piojos de mar comiendo carne | ABC Australia

El caso del adolescente australiano Sam Kanizay, que salió del mar con los pies ensangrentados por el ataque de unas misteriosas criaturas, se ha resuelto.

Los causantes de sus heridas no son otros que los piojos de mar, unos animales pequeños normalmente inofensivos para las personas que comen restos en descomposición en las aguas marinas, pero que en esta ocasión acudieron a la víctima y le atacaron como si se tratase de pirañas, según la cadena australiana ABC.

Los dientes de los piojos de mar sirven para morder y cazar a los invasores de su espacio, que en esta ocasión fue el adolescente australiano que resultó herido.

Estos seres conviven con nosotros en todas las playas, aunque no los notemos. Normalmente, si estos crustáceos pican, la gente lo nota y se apartan, sin que el suceso llegue a ser tan sangriento como el ataque a Sam.

La bióloga marina Genefor Walker-Smith explica así la herida del adolescente que se ha vuelto viral: "Sam debió haber pasado sobre un grupo que estaba comiendo algo. Puede que golpeara, por ejemplo, a un cangrejo muerto y eso los provocó". Asegura que son inofensivos porque se alimentan únicamente de organismos descompuestos, lo que los hace imprescindibles en el ecosistema marino, de lo contrario, las aguas marinas estarían infestadas de peces y pájaros muertos.

Como Sam permaneció inmóvil media hora y sus pies estaban helados por el agua fría, confundieron la piel de Sam con carroña.

Además, como los pies se le durmieron, no sintió dolor ni molestia cuando le atacaron.

La hemorragia que le causaron los crustáceos fue por el anticoagulante que liberaron estos animales, que no es venenoso; eso sí, sus mordiscos producen enrojecimiento, inflamación y un intenso prurito en la piel.