La democracia retrocede en Níger, el oasis proccidental en la región africana del Sahel. La semana pasada, la junta militar autobautizada como el Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria deponía al presidente electo Mohamed Bazoum, que ha visto abruptamente interrumpido su mandato, iniciado en marzo del año pasado tras la celebración de las primeras elecciones democráticas de la historia de Níger.
Abdourahamente Tianí, cabeza de la junta militar, ha justificado el golpe tildando a Bazoum de "incoherente e ineficaz" en la lucha contra los grupos islamistas que actúan en las fronteras entre Níger, Burkina Faso y Mali, mientras que en las calles de Niamey se reaviva el sentimiento anticolonial, se queman banderas de Francia y se ataca la embajada del país galo, que colonizó el país entre 1900 y 1960.
Francia y Estados Unidos evacúan
Hace unas horas, aterrizaba en París el avión fletado por el Gobierno francés para evacuar a los todos los ciudadanos franceses -y europeos- que deseen salir del país: 20 de los 70 españoles que han solicitado salir de Níger ya han pisado tierras francesas, mientras que el ministro de Exteriores José Manuel Albares sigue trabajando en las labores de evacuación. Estados Unidos, por otro lado, ha sacado del país a todo el personal no especial de su embajada.
Los países vecinos de Níger, agrupados en organismos internacionales como la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) o la Unión Monetaria del África Occidental (UEMAO), han impuesto ya severas sanciones económicas al país, y han cerrado sus fronteras aéreas y terrestres con el Níger de la Junta Militar, apoyado solo por Malí y Burkina Faso. No se trata de una alianza inesperada, pues estos dos países africanos están también controlados por sendas juntas militares: Assimi Goita e Ibrahim Traoré son los rostros de este Sahel convulso, sobre el que solo penden incógnitas.
Los intereses de Rusia en la zona
Mientras que los 15 países de la CEDEAO han dado un plazo de una semana para restaurar el gobierno democrático de Bazoum, advirtiendo de la posibilidad de emplear la fuerza si es necesario, Malí y Burkina Faso declaran que cualquier intervención en el territorio será considerada "una declaración de guerra". El peso de la diplomacia está recayendo sobre Mahamat Déby Itno, presidente de Chad, que lidera la delegación de la CEDEAO destinada a negociar con la junta militar.
En medio de la crisis, retumban ecos de otro conflicto, el que estamos viviendo en el este Europa: en las calles de Niamey se han visto banderas rusas y proclamas a favor de Vladimir Putin, que parece querer aumentar su influencia en el continente africano, días después de prometer exportaciones de cereales y conmutaciones de deuda en la cumbre ruso-africana celebrada el año pasado. El grupo de mercenarios Wagner ya tiene una fuerte presencia en países como República Centroafricana, donde se pueden contemplar estatuas en honor al grupo encabezado por Yevgueni Prigozhin.
En un mensaje emitido a través de un grupo de Telegram asociado a Wagner, se le atribuyen al líder mercenario ruso unas declaraciones en las que habla del golpe de estado en el país del Sahel como una "lucha del pueblo nigerino contra los colonizadores". El sentimiento antiimperalista y la búsqueda de defensa contra los grupos radicales islámicos parecen haber llevado a muchos africanos a mirar hacia países como Rusia o China, por encima de las potencias que siguen manteniendo un importante control sobre muchos estados africanos.
Níger, que nunca ha ocupado un espacio mediático muy relevante, está ahora en el foco de los principales medios; sin embargo, se trata de un país con una importancia geopolítica nada desdeñable. Las exportaciones de uranio suponen el 33% de las exportaciones totales del país, y se calcula que la Unión Europea recibe un 7% de este mineral radioactivo del país africano.