Francia vive una nueva crisis política y social. Esta mañana, el presidente Emmanuel Macron ha aceptado la dimisión de su primer ministro, François Bayrou, que dejó el cargo tras perder una moción de confianza en la Asamblea Nacional con 364 votos en contra y solo 194 a favor.
Con su salida, Bayrou se convierte en el cuarto jefe de Gobierno que cae en la segunda legislatura de Macron, lo que refleja la inestabilidad política que atraviesa el país. El presidente ha adelantado que propondrá un nuevo primer ministro "en los próximos días", aunque aún no hay nombres sobre la mesa.
El plan de ajuste que detonó todo
La crisis no solo es política. El origen del malestar está en el plan de ajuste fiscal presentado por Bayrou, conocido como Le Moment. Este proyecto planteaba recortes de 44.000 millones de euros en gasto público, reducción de empleo en la administración, recortes en pensiones y servicios sociales, además de la supresión de dos días festivos.
Estas medidas encendieron la calle. Sindicatos, colectivos ciudadanos y plataformas sociales las consideran un ataque directo a los trabajadores y a los derechos sociales.
La huelga del 10 de septiembre
Ante este panorama, un movimiento ciudadano que se hace llamar "Bloquons tout" ("Bloqueemos todo") ha convocado para mañana 10 de septiembre una huelga general con la intención de paralizar el país. Su objetivo es bloquear carreteras, estaciones de tren, transportes públicos, escuelas y hasta aeropuertos.
¿Qué se espera que ocurra?
En cuanto a transportes, en París y su área metropolitana se esperan bloqueos en la circunvalación, autopistas, estaciones de tren y líneas de metro. La huelga también llegará a escuelas y servicios públicos, porque profesores, sanitarios y trabajadores de servicios sociales ya han sido convocados a parar, lo que podría dejar aulas y centros con atención mínima.
En los aeropuertos se prevén cancelaciones y retrasos en aeropuertos como Charles de Gaulle y Orly, afectando a miles de pasajeros.
Es una de las huelgas más grandes de los últimos años, que podría marcar un antes y un después en la presidencia de Macron.

