POR DECRETO

Un pueblo francés ha obligado a sus ciudadanos a ser felices durante una semana

Termina, en un pueblo francés, la obligación dictada por el ayuntamiento de ser felices, por decreto durante una semana.

Belén Gómez del Pino

Madrid |

Dice su alcalde, Freddy Riffaud, que durante estos siete días los vecinos del pueblo han sonreído más y han sido más amables. Hace un mes el primer edil de esta localidad, Essarts en Bocage, en la región del Loira, publicó un decreto que obligaba a sus 9000 convecinos a ser felices durante una semana, justo esta, en la que se ha celebrado un festival local de música llamado Ciudad Feliz.

En su bando, el alcalde prohibía la difusión de cualquier música deprimente o triste y también las películas, los cuentos o los libros que terminen mal. Asegura que al llegar el otoño, las tasas reducidas de sol bajan las endorfinas y por eso durante estos días ha sido obligatorio para los vecinos hacer sonreír al menos a 10 personas cada día.

Riffaud implicó en el cumplimiento de su bando a la policía local, advirtiendo que no se multaría a ningún vecino pero sí se apercibiría, de forma amistosa, a todo aquel que no estuviera sonriendo. Visto el resultado, el alcalde piensa repetir y ampliar la experiencia para el año próximo.