Alemania se encuentra en un punto de inflexión político. Con la convocatoria de elecciones anticipadas para el 23 febrero de 2025 y el colapso del Gobierno de coalición liderado por Olaf Scholz, la Unión Cristianodemócrata (CDU) se perfila como la gran favorita para regresar al poder. Al frente de esta renovada CDU está Friedrich Merz, un exbanquero y veterano político conservador que busca redefinir el rumbo del país con un programa que marca una clara ruptura con las políticas de sus predecesores, incluida la canciller Angela Merkel.
El manifiesto político de la CDU para estos comicios es un reflejo de un giro hacia la derecha en cuestiones clave como inmigración, fiscalidad, seguridad y defensa. Merz aboga por una política de asilo más estricta, una drástica reducción de prestaciones sociales para inmigrantes y la creación de un sistema de deportaciones más eficiente. En el plano económico, el líder democristiano promete bajar impuestos, reducir la burocracia y reforzar el freno al endeudamiento del Estado, en un intento por revitalizar la economía alemana tras años de estancamiento.
En materia de seguridad y defensa, su postura es clara: un incremento del gasto militar hasta al menos el 2% del PIB, en línea con los compromisos de la OTAN, y un apoyo sin fisuras a Ucrania en su conflicto con Rusia. Además, Merz plantea una reestructuración de la política exterior alemana, endureciendo las relaciones con países que no cooperen en la repatriación de inmigrantes y apostando por una mayor autonomía europea en materia de defensa.
Sin embargo, estas propuestas han generado un profundo debate en Alemania. Sus planes de endurecimiento de la política migratoria han sido duramente criticados por el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y la izquierda, que acusan a la CDU de acercarse peligrosamente a las posturas de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Al mismo tiempo, su enfoque económico ha sido bien recibido por el sector empresarial, aunque despierta dudas sobre su viabilidad financiera.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina y un electorado cada vez más polarizado, la figura de Friedrich Merz se consolida como el gran protagonista de esta nueva era política alemana. Su programa promete un cambio radical, pero también plantea interrogantes sobre su capacidad para gobernar en un contexto de tensiones internas en la UE y desafíos globales cada vez más complejos.
Inmigración y política de asilo: endurecimiento de las normas
La política migratoria de Alemania, especialmente bajo la dirección del líder de la CDU, Friedrich Merz, ha experimentado un giro hacia enfoques más restrictivos en los últimos años, con propuestas que pretenden endurecer las normas para los solicitantes de asilo e inmigrantes en el país. Estas reformas, en su mayoría impulsadas por preocupaciones de seguridad, integridad económica y control de fronteras, se han convertido en un tema de debate central en la política alemana, reflejando no solo los intereses de la CDU, sino también las divisiones ideológicas más amplias dentro del espectro político del país.
Una de las principales características del programa migratorio de Merz es la reducción de las prestaciones sociales a los inmigrantes, especialmente a aquellos que llegan bajo el estatus de solicitantes de asilo o que no tienen empleo. En la propuesta de Merz, se pretende limitar el acceso a ayudas económicas y otros beneficios sociales que anteriormente estaban disponibles para estas personas durante su proceso de solicitud de asilo. Este enfoque busca, según sus defensores, incentivar la integración laboral y reducir lo que consideran un "fardo" sobre el sistema de bienestar social alemán, aunque los críticos advierten sobre los riesgos de estigmatizar a ciertos grupos y sobre la posibilidad de que estas medidas empujen a los inmigrantes a vivir en la precariedad.
En el mismo sentido, Merz ha impulsado una aceleración de los procedimientos de deportación para aquellos inmigrantes cuya solicitud de asilo ha sido rechazada. Esta medida tiene como objetivo reducir la duración de los procesos burocráticos y aumentar la eficiencia en la repatriación de aquellos que no cumplen con los requisitos para quedarse en el país.
Además, se está promoviendo el establecimiento de acuerdos con países terceros para facilitar la repatriación, una medida que ha sido respaldada por sectores de la CDU que abogan por un sistema migratorio más "controlado" y menos dependiente de los tribunales y las decisiones administrativas, aunque algunos temen que este enfoque pueda poner en riesgo los derechos humanos de los solicitantes de asilo, especialmente si los países de destino no cumplen con estándares internacionales de protección.
El fortalecimiento de las fronteras europeas es otro aspecto clave de la agenda de Merz. Su propuesta incluye un fuerte apoyo a la expansión y refuerzo de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), con el objetivo de mejorar el control migratorio a nivel europeo. Se busca, de este modo, evitar la entrada irregular de migrantes a través de las fronteras exteriores de la Unión Europea, implementando medidas de vigilancia y control más estrictas.
Si bien la CDU considera estas reformas como esenciales para la seguridad y la sostenibilidad del sistema migratorio alemán, estas medidas han sido objeto de una fuerte oposición por parte de sectores progresistas y defensores de los derechos humanos. Los críticos argumentan que el endurecimiento de las normas podría resultar en la vulneración de los derechos fundamentales de los migrantes y solicitantes de asilo, además de generar una mayor polarización política en Alemania.
Existe también la preocupación de que la propuesta restrictiva de Merz, al alinearse con algunas de las posturas más duras de la CDU, pueda acercar al partido a la órbita de la ultraderecha, representada por el partido Alternativa para Alemania (AfD), cuyo discurso populista y nacionalista ha ganado terreno en la política alemana en los últimos años.
Política económica: reducción de impuestos y control del gasto
En el ámbito económico, Merz ha delineado un ambicioso plan de corte liberal cuyo principal objetivo es revitalizar la economía alemana. Este enfoque, que busca impulsar la inversión, el empleo y el crecimiento económico, se articula alrededor de varias reformas clave en el sistema fiscal y en la gestión del gasto público. Las propuestas del político son un claro intento de modernizar la economía alemana.
Uno de los componentes más destacados del programa económico de Merz es la reducción de impuestos. En particular, se propone una rebaja tanto en el impuesto sobre la renta como en el impuesto de sociedades, con la finalidad de incentivar la inversión empresarial y fomentar la creación de empleo. De acuerdo con el líder de CDU, una reducción fiscal sustancial permitiría a las empresas disponer de más recursos para reinvertir en su expansión, lo que, a su vez, contribuiría a una mayor competitividad de la economía alemana en el contexto global.
Además, esta medida está orientada a aliviar la carga fiscal sobre las clases medias y altas, promoviendo un entorno más favorable para el emprendimiento y la innovación. Sin embargo, esta propuesta ha sido recibida con cierto escepticismo por sectores progresistas, que argumentan que tales reducciones fiscales, si no se acompañan de una reforma estructural más amplia, podrían resultar en una menor capacidad del Estado para financiar servicios públicos esenciales, afectando en última instancia a los más vulnerables.
El segundo eje del plan económico de Merz se refiere a la reducción de la burocracia. En un intento por simplificar el entorno regulatorio, Merz propone una serie de reformas orientadas a eliminar trámites administrativos innecesarios, lo que facilitaría el emprendimiento y la actividad empresarial. Según el político alemán, un sistema burocrático más ágil y eficiente permitiría a las empresas establecerse y operar con mayor facilidad, incentivando la creación de nuevas empresas, especialmente en sectores innovadores y emergentes.
El tercer pilar del programa económico de Merz es el cumplimiento estricto del freno a la deuda. En línea con su orientación fiscal conservadora, Merz defiende el mantenimiento del límite constitucional de deuda pública que impide al gobierno alemán recurrir a un endeudamiento excesivo. La disciplina fiscal es uno de los pilares de la política económica de la CDU, y el dirigente considera que la estabilidad financiera es crucial para preservar la confianza en la economía alemana, tanto a nivel nacional como internacional.
De esta manera, su propuesta busca evitar que el Estado incurra en déficits elevados que pudieran comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo. Sin embargo, los detractores de esta postura advierten que la estricta adhesión a este freno podría limitar la capacidad del gobierno para realizar inversiones en infraestructura, educación y salud, áreas clave para el desarrollo económico y social del país.
Por último, una de las propuestas más controvertidas de su proyecto político es la reducción del gasto público, especialmente en lo que respecta a los programas de bienestar social. Merz argumenta que estos programas, que incluyen subsidios por desempleo, pensiones y ayudas sociales, fomentan una dependencia del Estado y desincentivan la productividad y la autosuficiencia. En su opinión, recortar el gasto social permitirá redirigir los recursos hacia sectores que generen crecimiento económico, como la investigación y el desarrollo, o hacia la reducción de impuestos para las empresas.
Seguridad y defensa: refuerzo militar y apoyo a Ucrania
En el ámbito de la seguridad y la defensa, Friedrich Merz plantea una visión de una Alemania más fuerte y activa en el escenario internacional, especialmente en términos militares y geopolíticos. Ante los desafíos que enfrenta Europa y las crecientes tensiones en la esfera global, Merz propone una serie de reformas y políticas que buscan reforzar las capacidades de defensa de Alemania, consolidar su liderazgo dentro de la OTAN y garantizar una posición más firme en la seguridad del continente europeo. Entre sus propuestas destacan tres elementos fundamentales: el aumento del gasto en defensa, el apoyo firme a Ucrania en su conflicto con Rusia, y una reforma de la política exterior enfocada en la cooperación internacional y el refuerzo de las alianzas estratégicas.
Una de las medidas más destacadas en su programa es el aumento del gasto en defensa, con el objetivo de elevar el presupuesto militar de Alemania al 2% del Producto Interno Bruto (PIB), en cumplimiento con los compromisos establecidos por la OTAN. Según Merz, este incremento permitirá a las fuerzas armadas alemanas modernizarse y adaptarse a las nuevas amenazas, como los ciberataques y las estrategias de guerra híbrida, al tiempo que se fortalece la capacidad de respuesta ante crisis internacionales.
En cuanto al apoyo a Ucrania, Merz ha defendido una política de respaldo continuo y decidido al gobierno ucraniano en su lucha contra la agresión rusa. Su propuesta incluye el suministro constante de armas y equipos militares, así como la formación de tropas ucranianas para mejorar su capacidad defensiva. Además, el líder de CDU subraya la importancia de mantener un compromiso firme en el apoyo financiero a Ucrania, tanto en términos de ayuda humanitaria como económica, para garantizar la estabilidad interna del país y su capacidad para resistir los efectos devastadores del conflicto.
Por último, Merz propone una reforma de la política exterior alemana que se centre en un enfoque más pragmático y firme. En primer lugar, aboga por un endurecimiento de la relación con aquellos países que no cooperen en la repatriación de inmigrantes, destacando la necesidad de una mayor cooperación internacional en la gestión de los flujos migratorios y el cumplimiento de los acuerdos de asilo. Este objetivo incluye la implementación de sanciones o medidas diplomáticas más estrictas hacia aquellos países que no colaboren en la devolución de inmigrantes cuya solicitud de asilo haya sido rechazada, buscando con ello fomentar la cooperación en un ámbito tan sensible como la gestión migratoria.
Además, Merz destaca la importancia de fortalecer las alianzas europeas en materia de defensa, especialmente a través de un mayor compromiso con la política de defensa común de la Unión Europea, lo que permitiría a los países miembros actuar de manera conjunta frente a amenazas externas, reduciendo la dependencia de otras potencias como Estados Unidos en cuestiones de seguridad.