Unos 30 refugiados serán traslados en autobuses desde sus lugares de residencia al aeropuerto internacional de Beirut, desde donde embarcarán rumbo a Estambul, a bordo de un avión de la compañía aérea Turkish Airlines. Desde Turquía, tras una breve escala, volarán a la capital española mañana mismo, donde serán recibidos por técnicos de los centros de acogida a los que serán enviados.
Esta misma semana, otra treintena de refugiados viajarán también a España, lo que suma un total de 61 sirios que llegarán del Líbano por primera vez a territorio español desde el estallido del conflicto en Siria hace cinco años. Fuentes diplomáticas españolas informaron de que otros 21 refugiados que estaban incluidos en este grupo no irán finalmente a España por varias razones. Una familia que iba a ser acogida en territorio español no pudo ser localizada; otra familia renunció a la posibilidad de realizar este viaje; y en el caso de una tercera familia, una de las hijas se ha casado y no acepta abandonar el Líbano sin su marido. Mohamad Abdelrahman Kasha, de 37 años, es uno de los sirios que volará a España, con el deseo de encontrar "una vida mejor" para él y su familia.
"Es verdad que conozco muy poco de España, pero espero que nuestra situación allí sea mejor y que pueda proporcionar una educación a mis hijos", una niña de siete años y un niño de tan solo un año, declaró. Kasha huyó de la ciudad siria de Alepo, una de las más castigadas por los bombardeos, hace tres años y medio, y actualmente vive en Dahia, los suburbios situados en el sur de la capital libanesa.
Hasta ahora ha trabajado como portero, a pesar de que en Siria estudiaba Filología árabe en la Universidad, y hace 15 días comunicó que abandonaría su puesto. "Cuando reclamé a mi patrón los mil dólares que me debía, me respondió que no me debe nada. Nuestra vida aquí ha sido muy difícil", aseguró. El joven señaló que él y su familia están "encantados de poder viajar a España" y que el único temor que tienen es el de no encontrar esa "vida digna" que van buscando. Por su parte, Jola Ali Tinaun, una madre de 30 años, mostró su alegría por poder viajar a España, donde espera que sus hijos reciban una educación de calidad.
"Mi mayor preocupación es que mis hijos tengan una buena educación. En Siria eran los primeros de su clase, pero ahora tienen dificultades por el sistema educativo libanés", explicó la joven que tiene cuatro hijos de doce, once, seis y un año y medio. Para hacer hueco en los colegios públicos libaneses a los niños sirios, el Gobierno estableció dos turnos, por la mañana para los locales y por las tardes para los sirios, fomentando de esta forma su segregación.
Tinaun aseguró que su familia vive una situación económica muy difícil desde que huyó de los alrededores de la capital siria, Damasco, hace poco más de cuatro años, para evitar que los niños sufrieran a causa de los bombardeos. La familia de seis miembros vivía al principio en Baalbeck (este del Líbano) y hace dos años se trasladó a Jeb Yenin (sur), donde el marido de Jola consigue algún trabajo temporal en la construcción. La joven admitió no saber español, pero aseguró no tener miedo de mudarse a España, ya que en Siria estudió inglés y confió en que eso la ayudará para comunicarse al principio. Este grupo de refugiados que viaja hoy del Líbano a España se sumará a los 124 que han llegado desde Grecia e Italia en los últimos ocho meses - de nacionalidades siria, iraquí, eritrea y centroafricana.
Hace una semana, el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, anunció que 418 refugiados llegarían a España en breve desde Turquía, Grecia, Italia y el Líbano, dentro del millar que el Ejecutivo tiene previsto acoger a lo largo de todo el verano. Hasta finales de junio estaba previsto que viajaran a España 586 refugiados procedentes de Grecia e Italia, en el marco del programa comunitario de reubicación creado para repartir entre los socios europeos el gran número de personas que han llegado a esos dos países mediterráneos.
España se comprometió a reubicar a 15.888 de los que ya están en Europa antes de septiembre de 2017, y a otros 1.449 refugiados que en su mayoría llevan varios años en el Líbano, Jordania y Turquía, principales países receptores de los sirios que huyen de la guerra.