La policía de Hokkaido, prefectura donde reside la familia y se produjeron los hechos, interrogó durante una hora al niño Yamato Tanooka, que lleva hospitalizado desde que fuera encontrado el pasado viernes, y no encontró que su testimonio contradijera el de sus padres, informó la agencia Kyodo.
El niño declaró que intentó seguir el coche de sus padres cuando estos le dejaron en el bosque como castigo por su mal comportamiento pero anduvo en dirección contraria varios kilómetros hasta encontrar un hangar del ejército donde se refugió.
Los padres, por su parte, contaron que tras perderlo de vista, retornaron pocos minutos después con intención de recogerlo con el coche, pero el pequeño ya no estaba cuando regresaron al lugar.
Tras seis días de intensa búsqueda por parte de un gran dispositivo desplegado en la zona boscosa donde se perdió Yamato, unos soldados lo encontraron por casualidad en el hangar de una base militar que apenas se utiliza, situado a solo cinco kilómetros del lugar de donde desapareció.
En un principio los padres declararon ante la policía que el niño se había perdido mientras recolectaban plantas salvajes en el bosque pero horas más tarde rectificaron su testimonio.
El caso abrió en Japón el debate sobre el nivel de dureza de los castigos que se aplican a los más pequeños en el país asiático y se llegó a plantear que los padres fueran acusados de negligencia o maltrato.
En este sentido, la policía notificó este domingo a un centro de protección de la infancia el caso para que se determine si el menor sufrió maltrato psicológico a manos de sus padres.
Los responsables del centro tomarán una decisión al respecto tras entrevistar a los progenitores. El padre de Yamato reveló a los medios que tras disculparse ante su hijo por haberle hecho pasar una mala experiencia, éste le contestó: "'Eres un buen papá. Te perdono".
El niño, que será dado de alta este martes, sólo presentaba signos leves de deshidratación e hipotermia así como arañazos en brazos y manos cuando fue encontrado tras pasar sin comer nada ni ver a nadie durante seis días.