"Proteger a nuestras fuerzas sigue siendo una prioridad, y por eso el Departamento de Defensa emitió las políticas específicas desarrolladas con la Dirección Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) y socios de otras agencias intergubernamentales que detallan cómo el personal puede enfrentar la amenaza de aparatos aéreos no tripulados", ha dicho el capitán Jeff Davis, portavoz del Pentágono, en un comunicado.
La medida responde, según Davis, a que el auge en el uso de este tipo de aparatos "ha aumentado la preocupación sobre la seguridad en las instalaciones militares".
Las directrices afectan a 133 bases militares en territorio estadounidense, y se aplicarán tanto a drones comerciales como privados. Como consecuencia, subraya Davis, el personal militar "podrá rastrear, neutralizar o confiscar drones errantes".
"Siempre hemos tenido el derecho de la defensa propia, pero creo que de este modo consolidamos un poco más lo que podemos hacer, y ha sido coordinado completamente con la FAA", ha agregado.
Desde el pasado abril, es ilegal hacer volar drones a menos de 400 pies (120 metros) de las bases militares.
Según datos de la FAA, la flota comercial de este tipo de aparatos pasará de apenas 42.000 en 2016 a 442.000 en 2021 y la de uso privado pasará de 1,1 millones en 2016 a 3,5 millones en 2021.