EN SU HOMILÍA EN LA MISA DEL GALLO

El Papa pide sobriedad ante una sociedad "ebria de consumo y de placeres"

Así, ante miles de personas que han asistido a la Misa del Gallo, el Papa Francisco ha demandado a los fieles que tengan un estilo de vida lleno de empatía, de compasión y de misericordia "frente a la cultura de la indiferencia, que termina por ser despiadada".

ondacero.es

Madrid | 25.12.2015 12:02

Papa Francisco I
Papa Francisco I | Agencia EFE

El Papa ha pedido a los católicos sobriedad ante una sociedad "frecuentemente ebria de consumo y de placeres", durante la homilía pronunciada en la Misa del Gallo celebrada el 24 de diciembre, en la que, en el que, coincidiendo con el Jubileo, ha apelado de nuevo a la misericordia.

"En una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo, Él nos llama a tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante", ha exclamado en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, en la que es su tercera Navidad como Pontífice.

Así, ante miles de personas que han asistido a la celebración, Francisco ha demandado a los fieles que tengan un estilo de vida lleno de empatía, de compasión y de misericordia "frente a la cultura de la indiferencia, que termina por ser despiadada", y ha exigido que se cultive "un fuerte sentido de la justicia, de la búsqueda y el poner en práctica la voluntad de Dios". De este modo, ha reclamado justicia en un mundo "duro con el pecador e indulgente con el pecado".

No hay lugar para los escépticos

Tras la lectura del Evangelio, el Papa ha reflexionado sobre el nacimiento de Dios, que ha definido como la promesa que "por fin se ha realizado". "El gozo y la alegría nos aseguran que el mensaje contenido en el misterio de esta noche viene verdaderamente de Dios. No hay lugar para la duda; dejémosla a los escépticos que, interrogando sólo a la razón, no encuentran nunca la verdad", ha dicho.

Asimismo, ha exclamado que "no hay sitio para la indiferencia, que se apodera del corazón de quien no sabe querer, porque tiene miedo de perder algo". En este sentido, ha recordado que con la llegada del Niño Jesús, que "es el verdadero consolador del corazón", todo cambia porque la "tristeza es arrojada fuera".

"El Salvador del mundo viene a compartir nuestra naturaleza humana, no estamos ya solos ni abandonados. La Virgen nos ofrece a su Hijo como principio de vida nueva. La luz verdadera viene a iluminar nuestra existencia, recluida con frecuencia bajo la sombra del pecado. Hoy descubrimos nuevamente quiénes somos", ha señalado.

En esta línea, el Papa ha reclamado que cese el miedo y el temor y ha llamado a los fieles a "ir y ver al Salvador recostado en el pesebre" porque "este es el motivo del gozo y la alegría".