"Sé que ustedes como cuerpo presbiteral recientemente han sufrido mucho a causa de la vergûenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más indefensos", ha denunciado el Sumo Pontífice ante los religiosos, a los que ha dicho acompañar "en este tiempo de dolor y dificultad".
Francisco ha señalado que la "bella Catedral de San Patricio", situada en la Quinta Avenida de Manhattan, es "símbolo del trabajo de generaciones de sacerdotes, religiosos y laicos americanos que han contribuido a la edificación de la Iglesia en Estados Unidos".
En esta exclusiva zona de Nueva York, el Papa ha pedido a los sacerdotes que "no caigan en la trampa" de medir los esfuerzos apostólicos "con criterios de eficiencia, de la funcionalidad y del éxito externo, que rige el mundo de los negocios".
"El verdadero valor de nuestro apostolado se mide por el que tiene a los ojos de Dios. Ver y valorar las cosas desde la perspectiva de Dios exige que volvamos constantemente al comienzo de nuestra vocación y --no hace falta decirlo-- exige una gran humildad", ha agregado.
En este sentido, asegura que hay "una forma distinta de medir el éxito". "A nosotros nos corresponde sembrar, y Dios ve los frutos de nuestras fatigas. Si alguna vez nos pareciera que nuestros esfuerzos y trabajos se desmoronan y no dan fruto, tenemos que recordar que nosotros seguimos a Jesucristo, cuya vida, humanamente hablando, acabó en un fracaso: en el fracaso de la cruz", apostilla el Pontífice. AGRADECIMIENTOS A LAS RELIGIOSAS DE EEUU
Durante su discurso, el Papa ha expresado su "admiración" y "gratitud" a las religiosas de Estados Unidos, a las que se ha referido como "mujeres fuertes y luchadoras". "A ustedes, religiosas, hermanas y madres de este pueblo, quiero decirles gracias", ha señalado Francisco, que insiste en que su "espíritu de coraje" las sitúa "en la primera línea del anuncio del Evangelio".
"*Qué sería de la Iglesia sin ustedes?", se ha preguntado el Pontífice, al tiempo que destaca los "grandes sacrificios" y la "caridad heroica" que han realizado los religiosos en el país norteamericano. Entre ellos, destaca a Santa Isabel Ana Seton, cofundadora de la primera escuela católica gratuita para niñas en los Estados Unidos.
"La alegría de los hombres y mujeres que aman a Dios atrae a otros; los sacerdotes y los consagrados están llamados a descubrir y manifestar un gozo permanente por su vocación", añade el Papa, que pide a los presentes en su homilía que no dejen que disminuya su espíritu de sacrificio. "Eso nos aleja de las personas que sufren la pobreza material y se ven obligadas a hacer sacrificios más grandes que los nuestros, sin ser consagrados", ha concluido.