La capital malaya ha pasado de tener un millón de habitantes a tener 7,5 millones en pocas décadas, lo que ha provocado que los monos se hayan organizado en pandillas y vayan contra ella, según explica The Guardian.
Los primates no se quieren ir de lo que hasta hace poco era selva así que han organizado una especie de guerra de guerrillas y lo mismo persiguen a los runners, que le quitan documentos al cartero.