Emma Burt, de Reino Unido, tenía 15 años cuando tuvo una pelea con su madre y se fue a vivir con Christopher Wayne Edwards, su padre, de 40 años. Pasado un mes, Edwards comenzó a ponerle cannabis en la comida de Emma para que perdiera el conocimiento. De esta manera, abusaba sexualmente de su hija sin que esta se diera cuenta.
De forma diaria el padre abusaba de la chica, refiriéndose a ella como su "esposa". Desde 2012 y hasta 2014 la chica no se atrevió a manifestar lo que pasaba, aunque tampoco lo tenía muy claro ya que, al ser drogada, no podía hacer nada para evitarlo. El padre esperaba a que se durmiera y perdiera el conocimiento para violarla.
Tras dos años de abusos, la chica saltó por un puente sufriendo varios daños para "poner fin a todo el dolor". Tras esto la chica decidió contar lo que le pasaba a su familia y ésta denunció a Edwards ante la Policía. Al conseguir escaparse de esta situación, ella se dio cuenta de que era adicta a las anfetaminas y la cocaína que había tomado, lo que le ha causado varios problemas.
Ahora, dos años después, ha decidido contarlo para enviar un mensaje a todas las mujeres que reciben abusos sexuales, para que denuncien las agresiones. "He contado todo esto para intentar salvar a otras chicas", cuenta Emma. También relata cómo la decisión de contar las cosas fue más fácil al saber que su padre fue encarcelado con una pena de 12 años.
El padre había tomado varias fotos de su hija desnuda cuando la violaba y drogaba. Edwards se declaró culpable de este delito y de los cargos que se le impusieron de actividad sexual, posesión de fotos indecentes, toma de estas fotos y suministro de drogas, según informa el Mirror.