La Comisión de la ONU que investiga los crímenes en el conflicto sirio dijo que es "imperativo" que los autores de ataques con armas químicas sean juzgados, tras un supuesto nuevo bombardeo de este tipo ocurrido en la provincia de Idleb.
"Cualquier tipo de información sobre el uso de armas químicas, especialmente contra civiles, es extremadamente alarmante y preocupante. El uso de armas químicas en cualquier parte del mundo constituye una grave amenaza para la paz y la seguridad y es una violación muy seria del Derecho Internacional", ha asegurado el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
El Ejército sirio ha rechazado este martes estar detrás del ataque, También ha asegurado que los rebeldes sirios siempre les señalan como responsables de los ataques contra civiles "cada vez que no logran sus objetivos" y no logran avances en el terreno, en un "intento desesperado" para seguir recibiendo apoyo de quienes les patrocinan.
Según el balance proporcionado por la Unión de Organizaciones de Asistencia Médica y de Socorro (UOSSM), al menos cien personas han muerto y unas 400 han sido atendidas con síntomas de asfixia tras el supuesto ataque químico perpetrado este martes.
La organización, con efectivos sobre el terreno, ha advertido de los numerosos casos de "ahogamiento y asfixia" y ha confirmado que entre los objetivos alcanzados figura un hospital.
Los activistas en el norte de Siria han publicado imágenes en las redes sociales en las que se muestran a supuestas víctimas con espuma alrededor de la boca y a los equipos de rescate rociando con agua a niños prácticamente desnudos que se retuercen en el suelo. Entre los fallecidos figurarían numerosos menores.