El pequeño Omar salió ileso del accidente, pero su madre quedó inconsciente durante horas porque no había por entonces móviles con los que llamar a una ambulancia. Cuando por fin la atendieron, el diagnóstico fue demoledor. Coma en estado de mínima conciencia.
Omar no se resignó y llevó a su madre de médico en médico, de hospital en hospital, pero sin grandes avances hasta que un día el príncipe heredero de Abu Dabi leyó su historia y les financió un tratamiento en Alemania. Allí en una clínica de Múnich y después de un año de tratamientos, Munira despertó y lo hizo diciendo el nombre de la persona que había ido a verla cada día de esos 27 años. Su hijo.
Ahora ya está plenamente consciente y poco a poco va recuperando la movilidad. Ahora Omar tiene 32 años, la misma edad con la que entró en coma su madre. Cuentan los médicos que no se separan ni un minuto, tiempo para contarse las muchas cosas que ha pasado en el mundo en estos 27 años, tendrá que explicarle por ejemplo, que es un móvil, una red social o que ya no existe la Unión soviética, las torres gemelas o la princesa Diana.