En la provincia de Nangarhar (este), las tropas lanzaron anoche una ofensiva en el distrito Haska-Mena, en la que perecieron 60 combatientes de Daesh y otros 18 sufrieron heridas, dijo Shirin Aqha Faqiri, portavoz del Cuerpo 201 Selab del Ejército, a cargo del este del país.
En la operación, llevada a cabo contra bastiones y bases del grupo en tres aldeas del distrito, también murió un civil y otros diez resultaron heridos, según la fuente, que culpó a los yihadistas de estas bajas por utilizar a los vecinos como "escudos humanos". Los heridos han sido trasladados a hospitales de la zona.
En la provincia de Jawzjan (norte), fallecieron otros 26 miembros de Daesh en una operación aérea que causó también una veintena de heridos en dos aldeas del distrito de Darzab, considerado el principal bastión de la formación en el norte de Afganistán.
El portavoz del Cuerpo 209 Shaheen, Nasratullah Jamshidi, detalló que entre los muertos por el bombardeo hubo dos extranjeros y varios "comandantes importantes" de los yihadistas, como su "número dos" para el norte del país, Qari Shujah. "Nuestros bombardeos continuarán y en los próximos días lanzaremos una gran ofensiva terrestre de despeje contra el Daesh en Darzab", apuntó la fuente. El Daesh irrumpió en Afganistán en 2015 en diferentes puntos del país y creó su principal bastión en Nangarhar, fronteriza con Pakistán y clave en las comunicaciones entre los dos países.
Desde entonces, y aunque las autoridades han afirmado en diversas ocasiones que han reducido su presencia a unas pocas zonas remotas, la formación yihadista ha reclamado algunos de los atentados más sangrientos en el país. El último de ellos tuvo lugar el domingo en Nangarhar, donde una bomba colocada en una motocicleta cerca de donde tenía lugar el funeral de un político local causó 18 muertos y 12 heridos.