se le atribuye a Abu Sayyaf, aliado de Daesh

Mueren 14 personas y 67 resultan heridas en un atentado en Filipinas

Al menos 14 personas murieron y 67 resultaron heridas en un atentado que se ha atribuido Abu Sayyaf, aliado de Daesh, perpetrado en Davao, la ciudad de la que el presidente de Filipinas, el polémico Rodrigo Duterte, fue alcalde durante 22 años.

ondacero.es

Madrid | 03.09.2016 13:23

Atentado en Filipinas
Atentado en Filipinas | Agencia EFE

La explosión tuvo lugar anoche en un mercado nocturno en el centro de Davao, poco antes de las 23.00 hora local (15.00 GMT del viernes) y coincidió con la presencia de Duterte y otras autoridades en esa localidad del sureste de Filipinas.

El grupo radical islámico Abu Sayyaf se ha responsabilizado de la bomba en unas declaraciones en las que un portavoz de la formación, Abu Rami, aseguró que el ataque "es una llamada a todos los muyahidines del país a que se unan", según la emisora local ABS-CBN.

Pocas horas después de la explosión, la información facilitada por personal médico apuntaba a un atentado terrorista porque se habían encontrado restos de metralla en los cuerpos de las víctimas y la Policía dijo haber encontrado pruebas de que se empleó un artefacto explosivo casero.

A pesar de estos datos y las declaraciones de Rami, la Policía Nacional de Filipinas mantuvo hoy que aún no puede confirmar la autoría de Abu Sayyaf y que la investigación continúa.

El director de la Policía, Ronald de la Rosa, apuntó la posibilidad de que el atentado sea consecuencia de la guerra contra las drogas iniciada por el mandatario desde que tomó posesión de su cargo, el pasado 30 de junio.

Al menos 2.500 personas han muerto en esta ofensiva de Duterte, quien prometio durante la campaña de las elecciones presidenciales que se celebraron el 9 de mayo que acabaría con ese problema en seis meses.

El presidente, a quien el atentado le ha tocado muy de cerca porque el objetivo ha sido su apreciada Davao, declaró hoy el "estado de anarquía" en todo el país para poder aumentar la presencia de policías y militares.

"Vivimos tiempos extraordinarios. Estamos intentando lidiar con esta crisis ahora. Parece que hay un ambiente de anarquía", dijo el mandatario durante una comparecencia ante la prensa en el lugar del suceso pocas horas después de la explosión.

Duterte quiso tranquilizar a la población al subrayar que la medida proclamada "no se trata de una ley marcial", pero explicó que era necesaria porque su deber es proteger al país y la integridad nacional.

La Policía se puso hoy en alerta máxima y reforzó la vigilancia en aeropuertos, puertos, terminales de autobuses, centros comerciales y en las carreteras por medio de controles, especialmente en Davao.

El Ejército aseguró que el atentado no detendrá la ofensiva que lleva a cabo contra Abu Sayyaf en la provincia de Sulu (sur), donde se encuentran 9.000 efectivos de las Fuerzas Armadas.

El atentado en Davao se produce pocos días después de que el Gobierno anunciara la intensificación de la ofensiva lanzada contra Abu Sayyaf después de que 15 soldados y 30 rebeldes muriesen en enfrentamientos en la ciudad de Patikul, en la provincia meridional de Sulu.

Davao se convirtió con Duterte como alcalde en una de las ciudades más seguras de Filipinas, pero se encuentra dentro de una convulsa zona donde operan varios grupos rebeldes musulmanes y comunistas.

Un puñado de excombatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética comandados por Abdulrajik Abubakar Janjalani (1959-98) fundó Abu Sayyaf en 1991 en la isla de Basilan, a casi 400 kilómetros al oeste de Davao.

Esta banda que se ha declarado seguidora del grupo terrorista Daesh ha protagonizado algunos de los ataques terroristas más sangrientos del país y secuestros notorios, como los de los canadienses John Ridsdel y Robert Hall, a quienes decapitó este año porque no le pagaron el rescate millonario que pidió. EFE