Su nombre real era Jhon Jairo, pero era conocido como 'Popeye' y se refirió a su jefe, Pablo Escobar, como 'patrón' hasta el último día.
Ha muerto de cáncer de estómago en un hospital de Bogotá, Colombia, sin arrepentirse de todos sus crímenes. Fue autor de 300 asesinatos, aunque se calcula que estuvo implicado en más de 3.000.