La mutilación genital femenina es una práctica extendida en Sierra Leona, sobre todo entre niñas que entran a sociedades secretas.
El país tiene una de las mayores tasas de ablación del mundo: nueve de cada diez mujeres lo han sufrido, según datos de la ONU.
El ritual implica la retirada total o parcial de los genitales externos y puede causar graves problemas de salud, al tiempo que refleja una práctica discriminatoria hacia los mujeres que puede derivar en graves problemas psicológicos.