EN MANCHESTER

Muere un bebé después de que los médicos prefirieran operar a quienes estaban en lista de espera antes que su urgencia

Los médicos denuncian los fallos en la gestión del hospital y se preguntan cuántos niños tendrán que morir para que se tomen las medidas necesarias para solventar esta situación. El niño necesitaba ser operado de urgencia después de hacerse un agujero en el diafragma al caerse y darse con una botella, sin embargo, el hospital retrasó durante varios días su intervención.

ondacero.es

Madrid | 31.03.2017 13:03

Kayden Urmston en un columpio
Kayden Urmston en un columpio | Facebook

Un niño ha fallecido después de tener que esperar tres días para someterse a una operación vital porque los responsables del hospital estaban centrados en operar a quienes estaban en la lista de espera de operaciones, según han contado los cirujanos.

Kayden Urmston-Bancroft, de 20 meses, murió a causa de un ataque al corazón después de que retrasan la fecha de su operación urgente. El hospital ha reconocido el fallo y lamenta que la consecuencia fuera la muerte del pequeño, aunque los médicos denuncian que el centro puso toda su atención en las listas de espera en vez en las urgencias reales.

Desde el Hospital Universitario de Manchester, explican que hacen frente a una gran demanda por sus servicios, que "ocasionalmente fallan".

La abuela del pequeño, Julie Rowlands, ha explicado lo que sufrió por el trato del centro hospitalario al pequeño. "Lo metieron en una habitación y lo dejaron" y añade que cada día les decían que el niño no podía ser operado "venían con excusas. No hay cama o acaban de llegar las víctimas de un accidente de coche", señala.

Basem Khalil, un cirujano del centro ha explicado que el equipo médico está preocupado por "cuántos niños tendrán que morir antes de que se hagan cargo de la gestión y antes de que se lleven a cabo los cambios necesarios".

Kayden fue ingresado en el Hospital Stepping Hill abril del pasado año después de golpearse la boca con una botella. Los médicos descubrieron que tenía un agujero en el diafragma que hacía que su intestino se introdujera en el pecho. Por ello, los médicos consideraron necesario trasladar al niño al Hospital Universitario de Manchester para que le sometieran a una operación, pero no había camas disponibles en la unidad de cuidados intensivos.

Al día siguiente, fue trasladado a dicho centro, pero a una habitación ordinaria. Allí los médicos aplazaron la operación durante una semana.

Unos días más tarde, un cirujano le pidió al centro que cancelara una lista de espera de cirugías menores para que pudiera llevar a cabo la operación del pequeño, pero la gerencia le indicó que no se involucrara.

Más tarde, el niño entró en parada cardíaca. En ese momento las enfermeras tuvieron que luchar para pedir ayuda porque el teléfono de emergencia estaba caído y les llevó cerca de 30 minutos resucitar al niño, que sufrió daños cerebrales y murió dos días más tarde.

La investigación revela graves problemas en la organización y en el cuidado de Kayden, que no fue atendido a su tiempo y que finalmente murió. Un grupo de cirujanos ha advertido al hospital, según recoge la BBC, que trataron de advertir a la gerencia sobre los problemas del hospital.