Macron anuncia una nueva policía de proximidad en Francia y refuerza los servicios secretos para combatir el terrorismo
Se trata de una policía "más próxima al terreno, mejor integrada en el tejido social de los barrios y más preparada para intervenir con discernimiento y tratar los problemas cotidianos", explicó Macron, quien recordó que este cuerpo estuvo en marcha en los 90 pero fue suprimido en el 2000 por Sarkozy.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció la implantación a partir de 2018 de un tipo de policía de proximidad en los barrios y comunicó que una de las prioridades de su Gobierno será reforzar los servicios secretos para combatir el terrorismo.
En un largo discurso pronunciado en el Palacio del Elíseo, Macron repasó los principales desafíos de Francia en materia de seguridad, cuando el Senado acaba de dar la luz verde definitiva a una nueva ley antiterrorista que incorpora al derecho ordinario varias medidas excepcionales para la lucha contra el terrorismo que figuran en el actual estado de emergencia. "Nuestro primer compromiso es el de la lucha contra el terrorismo", señaló el jefe de Estado ante cientos de miembros de la policía y la gendarmería, cuerpos que el pasado año manifestaron su descontento por la inseguridad y por los recortes presupuestarios.
Macron afirmó que sigue vigente la amenaza terrorista en Francia, donde distintos ataques han dejado 241 muertos desde 2015, y recordó que desde comienzos de año se han desactivado trece planes de atentados, lo que ha permitido salvar "decenas e incluso centenares de vidas". El mandatario puso el acento tanto en el refuerzo de los servicios secretos como en la prevención de la radicalización en barrios desfavorecidos, al tiempo que anunció la contratación de 10.000 nuevos policías hasta 2022 y de 1.870 militares en 2018.
Explicó que desde agosto se han aprobado siete decretos con el fin de apuntalar la acción de los servicios secretos. "La lucha contra el terrorismo implica una gran transversalidad. Hay que compartir informaciones", consideró Macron, quien alertó de que la ciudadanía no perdonará otra descoordinación como la ocurrida el 1 de octubre, cuando un tunecino en situación irregular y que había sido arrestado por robo mató a dos jóvenes en Marsella (sureste del país) tras ser puesto en libertad el 29 de septiembre.
Entre las medidas que quiere implantar en los barrios, Macron citó la "policía de seguridad cotidiana", un cuerpo de proximidad ya puesto en marcha en Francia a finales de los 90 por el entonces primer ministro socialista, Lionel Jospin, y suprimido a inicios de los 2000 por el entonces titular de Interior Nicolas Sarkozy. Se trata de una policía "más próxima al terreno, mejor integrada en el tejido social de los barrios y más preparada para intervenir con discernimiento y tratar los problemas cotidianos", detalló el presidente francés. Este tipo de fuerza de seguridad entrará en vigor desde 2018, aunque a partir de este lunes comenzará a funcionar en determinadas localidades.
Macron insistió en que la amenaza terrorista en Francia es "endógena" y, por ello, un comité interministerial elaborará un nuevo plan nacional contra la radicalización que incluirá una lista de territorios que merecerán vigilancia específica. Sobre inmigración, se mostró partidario de expulsar sin dilación a los que no tengan los papeles en regla y criticó los procesos burocráticos "demasiado lentos" a la hora de tratar las solicitudes de asilo. Para Macron, hay que dar una respuesta rápida a las personas que llegaron a Francia después de arriesgar sus vidas en peligrosos viajes. "La respuesta no es dejarlos vivir en nuestras calles", aseguró el jefe de Estado.