Podría parecer sacado de la película de Willy Wonka pero es real y ha ocurrido este lunes en la ciudad suiza de Olten, cerca de Zúrich y Basilea. Allí hay una fábrica de la conocida marca de chocolates Lindt, que es el origen de esta fantástica historia.
Resulta que una de las máquinas que trabaja con los "nibs de cacao tostados", que son pequeños trozos de granos de cacao triturados, ha sufrido un fallo en la ventilación y sumado al viento que hacía ha provocado una lluvia de chocolate en la ciudad de Olten. Es verdad, que no ha llegado muy lejos, se ha limitado a las inmediaciones de la fábrica, pero claro imaginemos la cara de las personas que andaban por esa zona en ese momento o los que al ir a sus coches se los han encontrado cubiertos de ese polvo de cacao.
La empresa se ha ofrecido a pagar la limpieza de los vehículos que se hayan empapado de esta lluvia de chocolate y ha comunicado, para alegría de algunos y quizá tristeza de otros, que la máquina ya está arreglada.