La normativa comunitaria exige que la carne que comemos no dañe la biodiversidad, use la energía y los recursos naturales de forma responsable y garantice el bienestar del ganado.
Los rituales de sacrificio musulmán sin aturdimiento contradicen estas normas, según el tribunal, así que el logotipo de producción ecológica de la UE no es "procedente".
Aunque el origen de todo esto está en denuncias de ecologistas franceses respeto a la carne halal, también se puede ver afectada finalmente la carne kosher judía, porque implica un corte profundo y afilado en la garganta con un cuchillo.
Esta decisión no es una prohibición en sí, pero Bélgica sí que ha prohibido a comienzos de año sacrificio de animales sin aturdimiento previo.