ELECCIONES ALEMANIA

Inversión, control migratorio y defensa de la democracia: el programa político de Scholz para Alemania

Con la economía estancada, la migración en el centro del debate y el auge de la extrema derecha marcando la campaña, Olaf Scholz encara unas elecciones decisivas. Su programa apuesta por la inversión pública, el equilibrio migratorio y la defensa de los valores democráticos frente a un Friedrich Merz que amenaza con arrebatarle el liderazgo.

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Miriam Méndez

Madrid |

Inversión, control migratorio y defensa de la democracia: la hoja de ruta de Scholz para Alemania
Inversión, control migratorio y defensa de la democracia: la hoja de ruta de Scholz para Alemania | Getty Images

En el dinámico panorama político alemán, el canciller Olaf Scholz se encuentra en una encrucijada decisiva. Tras asumir el liderazgo en 2021 al frente de una coalición "semáforo" compuesta por socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP), su gobierno ha enfrentado desafíos significativos que han puesto a prueba su capacidad de gestión y liderazgo.

La invasión rusa de Ucrania en 2022 desestabilizó la economía europea, afectando profundamente a Alemania. La dependencia del gas ruso y las subsecuentes crisis energéticas llevaron a una inflación creciente y a un estancamiento económico. Las discrepancias internas en la coalición, especialmente en torno a las políticas económicas y energéticas, culminaron en noviembre de 2024 con el cese del ministro de Finanzas, Christian Lindner, líder del FDP, lo que provocó la ruptura de la alianza gubernamental.

Ante esta situación, Scholz optó por someterse a una moción de confianza en diciembre de 2024, la que perdió, allanando el camino para elecciones anticipadas programadas para el 23 de febrero de 2025. En este contexto, su principal oponente, Friedrich Merz, líder de la CDU, ha ganado terreno en las encuestas, capitalizando las críticas hacia la gestión económica y migratoria del actual gobierno.

A medida que Alemania se prepara para estos comicios, analizamos el programa político de Olaf Scholz, estudiamos sus propuestas y estrategias para abordar los desafíos presentes y futuros de la nación, y ofrecemos una visión detallada y contextualizada de sus planes para guiar a Alemania en una era de incertidumbre y cambio.

Scholz apuesta por una economía keynesiana basada en la inversión y la justicia fiscal

Con el objetivo de hacer frente al estancamiento económico y a los objetivos industriales de Alemania, Olaf Scholz ha delineado una estrategia económica de corte keynesiano que pone el énfasis en la inversión pública como motor de crecimiento. Su programa electoral plantea un ambicioso plan para modernizar la infraestructura, fortalecer la industria nacional y reformar el sistema fiscal, a fin de reducir desigualdades y financiar el gasto público.

Uno de los pilares de su propuesta es el incremento de la inversión pública, con especial atención al sector ferroviario. Scholz defiende un plan de modernización y expansión del transporte público que no solo busca mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la movilidad en Alemania, sino también impulsar el crecimiento económico mediante la generación de empleo y la dinamización del sector de infraestructuras.

En el ámbito industrial, el canciller ha reiterado su compromiso con la protección del tejido productivo nacional, manifestando su oposición al cierre de plantas manufactureras y proponiendo subsidios estratégicos para sectores clave. En particular, apuesta por un plan de apoyo a la industria del acero y a la producción de vehículos eléctricos, dos sectores que enfrentan una fuerte presión por los elevados costos energéticos. Con una mirada más allá de las fronteras alemanas, Scholz también ha planteado la necesidad de crear un programa de subsidios a nivel europeo para fomentar la competitividad del sector automotriz frente a los mercados asiáticos y estadounidenses.

El tercer gran eje de su propuesta económica es una reforma fiscal progresiva orientada a aliviar la carga tributaria de los trabajadores con ingresos bajos y medios. Su plan incluye la reducción de impuestos en estos segmentos y un aumento del salario mínimo, medidas que buscan estimular el consumo y reforzar la demanda interna. Para financiar estas iniciativas sin comprometer la estabilidad fiscal, Scholz propone un incremento en la tributación de las rentas más altas, con el objetivo de redistribuir la riqueza y garantizar los recursos necesarios para sostener las inversiones públicas.

Una política migratoria equilibrada entre control y derechos humanos

El mensaje de Scholz es claro: una política migratoria eficaz no pasa por medidas populistas ni por la erosión de los valores democráticos, sino por una gestión pragmática, regulada y basada en el equilibrio entre control y derechos humanos.

En un contexto de creciente presión migratoria y un debate polarizado sobre el papel de Alemania en la acogida de refugiados, el canciller Olaf Scholz ha defendido una política migratoria que combine seguridad, legalidad y respeto a los derechos humanos. Frente a las propuestas más restrictivas de su principal rival, Friedrich Merz, Scholz sostiene que su estrategia ya ha dado resultados concretos, con una reducción significativa en la inmigración ilegal y la aplicación de medidas acordes con el derecho europeo.

Uno de los logros que Scholz ha reivindicado en este ámbito es la disminución de las solicitudes de asilo durante 2024, así como la expulsión de 40.000 migrantes en situación irregular. Según el canciller, estas cifras reflejan un giro en la política migratoria que prioriza un control más efectivo de las fronteras sin caer en discursos extremistas ni en medidas que vulneren el derecho internacional. Su propuesta, incide, busca garantizar que la inmigración se realice de forma ordenada y legal, fortaleciendo los mecanismos de cooperación con países de origen y tránsito para gestionar mejor los flujos migratorios.

El dirigente alemán también ha hecho hincapié en la necesidad de que Alemania mantenga su compromiso con los principios fundamentales del derecho europeo en materia de asilo. Ha advertido que propuestas como las “devoluciones en caliente”, promovidas por sectores más conservadores, podrían vulnerar normativas comunitarias y dañar la imagen del país en el contexto internacional. En este sentido, el canciller subraya la importancia de una solución común a nivel de la Unión Europea, recordando que el nuevo sistema europeo de asilo, que entrará en vigor en 2026, representa una victoria para la posición alemana en la negociación.

Scholz marca distancia con la extrema derecha y acusa a Merz de romper un tabú político

La relación con la extrema derecha se ha convertido en uno de los temas más controvertidos de la campaña electoral alemana. El canciller ha adoptado una postura firme y sin concesiones: su rechazo a cualquier tipo de colaboración con Alternativa para Alemania (AfD) es absoluto. De acuerdo con el político, el auge de este partido supone una amenaza directa a los valores democráticos y a la cohesión social del país, por lo que considera esencial mantener un “cordón sanitario” para impedir su influencia en las instituciones.

Durante el reciente debate con su oponente, Friedrich Merz, celebrado el 9 de febrero, Scholz criticó duramente a la Unión Democráta Cristiana (CDU) por haber aceptado votos de la AfD en el Bundestag, lo que a su juicio constituye una ruptura con un principio político fundamental de la democracia alemana de posguerra. Recordó que incluso la excanciller Angela Merkel, retirada de la política, reapareció para condenar las acciones de su sucesor al frente del partido conservador, reafirmando la línea de contención que había mantenido la CDU durante su mandato.

Sin embargo, Merz intentó defenderse señalando que Scholz, en una entrevista de 2023 en un diario de Turingia, había relativizado la importancia de acuerdos puntuales con la AfD a nivel municipal. Con este argumento, el líder de la CDU trató de restar peso a las acusaciones de connivencia, aunque evitó posicionarse de manera tajante sobre futuros escenarios de cooperación con la extrema derecha.

La cuestión no es menor. En las últimas semanas, las calles de Alemania han sido escenario de multitudinarias protestas contra el ascenso de la AfD, reflejando una creciente preocupación ciudadana por la normalización de un partido que ha sido señalado por su retórica xenófoba y su postura euroescéptica. Scholz ha aprovechado este contexto para reforzar su mensaje: cualquier acercamiento a la extrema derecha, incluso de forma indirecta, supone una traición a los principios democráticos que sustentan la política alemana.

Apuesta por la seguridad europea y apoyo a Ucrania

Olaf Scholz ha centrado su política exterior en fortalecer la posición de Alemania dentro de la comunidad internacional, apostando por la cooperación europea y el respaldo a los aliados estratégicos. Su programa electoral refleja una combinación de pragmatismo y compromiso, especialmente en lo que respecta a la guerra en Ucrania y el papel de Alemania en la OTAN.

El canciller ha reiterado su compromiso inquebrantable con Ucrania, asegurando que Berlín continuará proporcionando apoyo financiero y militar "mientras sea necesario". Alemania, destaca Scholz, se ha convertido en el principal respaldo europeo de Kiev, suministrando armamento y recursos clave para su defensa. Sin embargo, su postura se mantiene prudente en cuanto al envío de misiles de largo alcance, como los Taurus, argumentando que su uso podría ser interpretado como una escalada directa en el conflicto. Esta posición le ha valido críticas tanto dentro como fuera del país, con sectores que le acusan de tibieza frente a la agresión rusa.

Por otro lado, Scholz ha situado el fortalecimiento de la seguridad alemana y europea en el centro de su estrategia, comprometiéndose a cumplir el objetivo de la OTAN de destinar el 2% del PIB al gasto en defensa. Sin embargo, advierte que el agotamiento del fondo especial para la Bundeswehr (las fuerzas armadas de la República Federal de Alemania y su administración civil), dotado de 100.000 millones de euros tras la invasión rusa de Ucrania, exigirá nuevas medidas de financiamiento a partir de 2028. En este sentido, el canciller subraya la necesidad de priorizar inversiones estratégicas sin poner en riesgo otros sectores clave de la economía.

A diferencia de Friedrich Merz, quien aboga por un aumento más agresivo del presupuesto militar y un papel más activo de Alemania en la disuasión frente a Rusia, Scholz apuesta por un equilibrio entre el refuerzo de la defensa nacional y la estabilidad fiscal. Su enfoque pragmático refleja una visión en la que la diplomacia y la contención siguen jugando un papel clave en la política exterior alemana, en un momento en el que Europa enfrenta amenazas cada vez más complejas.