Acaba de caer la noche en Beirut y los manifestantes vuelven a inundar la plaza del centro de la capital agradeciendo el gesto del ahora primer ministro en funciones, Said Hariri, aunque insisten en que debe formarse un pequeño gobierno tecnócrata neutral que sea capaz de llevar a cabo las reformas que necesita el país.
A las 17:00 horas llegaba Hariri al Palacio Presidencial donde ha entregado su dimisión oficial al presidente, que está previsto que acepte.
El Gobierno en funciones tendrá un poder ejecutivo limitado mientras en paralelo se nominaría un nuevo primer ministro que tendrá que ser aprobado por el Parlamento libanés hoy más que nunca dividido por las protestas multitudinarias.